Al leer un titular así, cualquiera es presa de la suspicacia y enseguida se le vienen a la cabeza todo tipo de sospechas. Después, al leer la noticia entera, uno se relaja y dice Ah, bueno, siendo así…
No se nos puede reprochar que el primer pensamiento ante semejante titular sea el de ¿Otra modalidad de pederastia? La Iglesia está tan corrompida por este delito/pecado que cuando se juntan las palabras cura y niño en la misma línea de texto a uno comienza a hervirle la sangre.
Y a ello contribuye, no solo los miles de casos de pederastia conocidos en los que los religiosos son los causantes, sino por la actitud de la Iglesia, con el papa B16 a la cabeza, de justificar, esconder o excusar a los delincuentes.
La última, ayer, con el Gran Virón pidiendo comprensión hacia los criminales, e incluso blasfemando: el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, dijo. En otro tiempo al ex SS lo hubieran lapidado en el acto. Con esta declaración lo que hace es atraer las sospechas hacia sí mismo.
Si la Iglesia quiere realmente luchar contra la pederastia, tan arraigada entre sus filas, debería excomulgar a los religiosos guarretes. ¿No es motivo de excomunión la apostasía, la herejía y el cisma? ¿Y no se amenaza con ella a los políticos proabortistas? Pues eso.
Pongámonos por un momento en la mentalidad del sacerdote (y sé que es difícil, pero hagamos el esfuerzo). ¿Qué hacer para acabar de una vez con los curas pederastas? Una excomunión urbi et orbi para todos ellos. Si esta fórmula sirve para las bendiciones, también para los castigos. De esta forma (siempre según los postulados de la propia Iglesia Católica, no lo olvidemos) el anatema alcanzaría a todos los malvados sin excepción, por muy oculto que tengan su pecado (es lo bueno de los castigos divinos, que no se escapa ni Dios), y llevaría la desazón a todos ellos. Ya que no tienen remordimientos por sus fechorías, que al menos se les pudra la conciencia pensando que su alma negra se quemara eternamente en el infierno. Que se jodan.
Bueno, pero la Iglesia (Dios, siguiendo la lógica en la que estamos) da la oportunidad de redención hasta al pecador más despiadado. Vale. Entonces que se ofrezca la posibilidad de volver al redil de la Iglesia a todo aquel religioso pederasta que reconozca sus culpas ante la Justicia Ordinaria.
Si el Vaticano no hace esto, nadie se creerá sus continuas manifestaciones de luchar contra la pederastia. Claro que, por otra parte, ni ellos mismos se creen las milongas que predican... Bueno quizá haya alguno tan tonto que sí se lo crea.