Un secreto de mentira

Publicado el 23 enero 2011 por Njimenez79

Este año me he propuesto engordar mi colección de plumas con dos nuevas adquisiciones. Pero no han de ser compradas. Debo ganármelas con el sudor de mi tecla.Tengo que conseguir que premien mis cartas en XL Semanal y el Magazine de La Vanguardia con una Duran Exquse y una Montblanc Starwalker Midnight Black Resin respectivamente -ustedes se quedan sin resuello al leerlo y yo también sólo de pensar tenerlas entre mis manos. Ay-.
De momento lo llevo malamente. También es verdad que sólo he escrito tres veces. Una me han publicado sin premio y las otras dos, ni eso. La última carta que escribí era en torno a dos artículos que me gustaron mucho, firmados por Suso de Toro y Andrés Trapiello. Y como yo sí que me publico todo y a veces hasta me regalo plumas porque hoy es hoy, ahí va el intento:
Mentir. Mentirse. Trapiello. De Toro. El primero escribe en varios actos la tragicomedia de la falta de verdad. De los secretos que no lo son. De los chanchullos que hacen que los secretos se conviertan en verdades irrefutables aunque las mentiras sean, en realidad, el único secreto a voces. Como la vida que colgamos en las redes sociales, en forma de instantáneas privadas con ínfulas de publicidad y fama. El beso junto al río. El helado de las vacaciones. La borrachera del siglo. El día de la noche. Qué noche la de aquel día. Llego a la conclusión de que, en contra de lo que escribe De Toro, no revelamos las instantáneas -mejor: no las imprimimos- para ahorrarnos el trámite de romperlas cuando queremos olvidar el pasado que no debió ser presente. Es mejor tirar un archivo al limbo de la papelera virtual que ver una figura hecha añicos. Mejor oír ese "Rrrrrrrr" del archivo muriendo que escuchar cómo agoniza la historia que un día quisimos ver para siempre inmortalizada en papel brillo. Pero no lo digan, que es secreto. Y si lo cuentan diré que es mentira. Y luego lo contaré en Facebook.