© Vivian Maier
Vivian Maier me hace acordar a esos grandes ídolos del rock que murieron muy jóvenes y vendieron más discos muertos que vivos.El caso de Maier es más radical. No era joven cuando murió, tampoco era un ídolo de masas y no había publicado ningún libro. Pero da igual.Desde que se descubrieron sus míticos negativos en unos muebles de una subasta, no han parado de salir libros de esta fotógrafa que como si se tratara de un Jimi Hendrix de la fotografía, se publican uno o dos libros por año.
© Vivian Maier
Realmente es peculiar “el fenómeno Maier”. Por un lado, los editores de sus libros están lucrando con ella sin haber tenido nunca su permiso para publicar. Pero por otro lado, nosotros, los fans de sus fotografías, estamos observando ansiosos sus viajes fotográficos que van hacia el pasado como si se tratara de un nacimiento desde la vejez, desde la muerte. De esa manera, la fotógrafa nos lleva hacia un pasado existencial que nunca quiso mostrar. Y eso, de alguna manera, es una perversidad deseada.© Vivian Maier
Pero más allá de mis "filosofías baratas" al respecto, me quedo con la opinión sugerente de Joel Meyerowitz que, en una entrevista reciente, comentó: “al ver sus imágenes me da la sensación que mientras estaba fotografiando, se daba cuenta lo cerca que estaba de la cara de alguien. Y eso dice mucho de ella. Podía entrar en el espacio íntimo de un desconocido y conseguir que esa persona sea ella misma”.Hasta el viernes!!Si este post te ha parecido útil, cómprame un café!