La cosa empezó como no debería haber empezado. Y es que los Mossos d’Esquadra, como si se tratara de atrapar a traficantes de drogas o a criminales de gran magnitud, han efectuado una redada contra los vendedores top-manta.
Ya sé que practicar la venta top-manta es un delito. No lo comparto pero es la ley. Ahora bien, ¿cómo se puede perseguir este delito de esta forma y con tanta saña y contundencia? ¿hasta que punto se puede entrar en los domicilios por un delito menor? ¿no basta con apropiarse de los artículos que venden cuando les pillan in fraganti?
Lo ocurrido es fruto de una intervención desproporcionada –sin querer ir más lejos—, en el mejor de los casos. Los Mossos entran en el piso del senegalés muerto y pueden ocurrir dos cosas:
a) Desesperado por la impronta actitud policial se tira por el balcón
b) El senegalés es empujado por un Mosso
La versión oficial es que se ha tirado por el balcón. La versión de los compatriotas del cadáver es que le han empujado.
Yo no sé cuál es la verdad, pero ambos casos son lógicos. Nervioso y amenazado en su propio hogar, huye tirándose por el balcón.
La segunda hipótesis --que ha provocado un gran tumulto y una guerrilla entre senegaleses y Mossos, ha terminado con 16 detenidos y 12 detenidos, además del senegalés. Algo que se hubiera evitado si no hubiera existido la intervención.
No sé cuáles son términos en los que se basan los senegaleses de Salou, pero sí sé cuál ha sido el camino de los Mossos d’Esquadra hasta hoy. Y por señalar sólo algunas de sus intervenciones más violentas y escabrosas, recuerdo como le vaciaron el ojo a una manifestante con una pelota de goma y lo negaron durante meses hasta que hubo pruebas contundentes. También recuerdo la paliza que le dieron a un delincuente en la comisaría de Les Corts. O, por qué no, me acuerdo de algunas intervenciones contundentes ante manifestaciones pacíficas.
Por lo tanto, no soy capaz de discernir cómo han ocurrido los hechos, ahora bien, si tengo claro que hay que abrir una investigación, y que el jefe policial que ha ordenado esta intervención tiene que dar explicaciones rápidamente, si no quiere que el cuerpo policial quede manchado con las dudas y predomine la versión de los senegaleses.
Cuando los policías actúan contundentemente ante hechos apenas relevantes, dejan de cumplir su misión, la de ayudar y dar seguridad al ciudadano, y se hacen sicarios del poder.
Salud y República