Lo que sigue quizá sólo sirva para averiguar si se puede matar a un elefante con un cortauñas, aunque quizá haya que averiguar primero si a García Márquez se le puede considerar, para este caso, un elefante, o si a Fernando Vallejo se le puede considerar, para este caso, un mataelefantes. El cortauñas, en todo caso, es esta diatriba que escribió contra Cien años de soledad, la celebérrima novela del Nóbel colombiano, aunque antes una aclaración, todo tomado de El Espectador:
El siguiente es el texto completo del ensayo “Un siglo de soledad”, rescatado por Alfaguara para el libro ‘Peroratas’, ya en librerías, y cuya publicación exclusiva en El Espectador fue autorizada desde México por el escritor Fernando Vallejo con este mensaje: “¡Cómo voy a atacar yo a un elefante! Ni con un cortauñas ni con nada. Yo no soy como el Borbón bribón que tienen los españoles, que hace poco mató a uno de esos hermosos animales con un rifle y salió como un héroe en primera plana en El País de España. Yo amo a los animales. En prueba los cien mil dólares del premio Rómulo Gallegos, que los di para los perros abandonados de Venezuela; y los ciento cincuenta mil del premio de la FIL, que los di para los de México. Muchos años después del incidente de El Malpensante, recuerdo la remota mañana en que el coronel Andrés Hoyos me rechazó el artículo sobre nuestro genio máximo escrito para nuestra revista máxima. Bogotá era entonces una aldea de cien mil habitantes que vivían de huevos prehistóricos”.