Un sinsentido

Por Malagatoro

Manzanares ante un borrego de la Quinta en la pasada feria de Málaga, dando una lección de como debe hacerse el cite en el toreo al natural. Fuera de cacho, presentando pico y retrasando la pierna de salida, lo que para muchos es ejemplo de la ortodoxia del toreo del Siglo XXI.


Copio del post de Enrique Martín en su blog

“Probablemente hoy voy a decepcionar a muchos, pero es lo malo de escribir lo que se piensa y a lo mejor no pensar lo que se escribe. Durante la corrida de las estrellas, por primera vez en mi vida me plantee la posibilidad de no volver a una plaza de toros, de cómo sería mi vida sin ir a los toros, y que no me importaría nada que todo este circo desapareciera, que se prohibiera y se acabara de una vez. Esto no tiene ningún sentido, es absurdo de todo punto y solo sirve para que unos espabiladillos se forren bien el riñón, sin importarles lo más mínimo el daño que puedan estar haciendo a lo que se llama Fiesta de los toros. Una Fiesta a la que por otra parte no se parece en nada el espectáculo o show que se vivió en la plaza de toros de Madrid el 17 de mayo de 2012.

Un montón de gente dispuesta a tragarse la bazofia que les pusieran por delante, con el único fin que poder decir que había estado allí y que vio cortar un millón de orejas en una tarde. No están dispuestos a que nadie les estropee el festival, ni permiten que nadie les lleve la contraria, ni que eleven la voz para mostrar su descontento; solo se puede jalear a esos cursis y pedantes taurinos que se hacen llamar artistas, perdón, que exigen ser llamados artistas. Y no se les ocurre otro argumento que si se les protestaría también a otros señores, toreros para más información, que pisan con más dignidad y honestidad que estos monigotes el ruedo de una plaza de toros.

¿Dónde estamos cuando un picador no pica, levanta el palo y se le ovaciona? Pues si es en mayo, en Las Ventas; si es en otra época del año, en cualquier otra plaza del mundo, eso sí lo más probable es que los actuantes serán algunos de estos chicos guapos y sin afición a los toros. En el caso que nos ocupa los beneficiados eran de don Victoriano del Río y un tercero de Toros de Cortés. Ninguno fue capaz de soportar más de una entrada al caballo en la que el de arriba hacía que picaba y una segunda en la que hacia clara ostentación que no quería apretar. Y la gente se ponía a aplaudir, aún a riesgo de tirar el cubata sobre el lomo del señor de delante, aunque en una de estas fui testigo de cómo ovacionan los señores, los señores de verdad. Se coge el vaso, se levanta y con la otra mano se dan toquecitos acompasados sobre el dorso de la que sostiene el vaso…

…Luego venía Manzanares, el que mejor compone del mundo, incluso por delante de Georgi Dan, pero durante la corrida no hizo otra cosa que poner poses raras y crispadas. Que lástima, ni a mi amiga María le gustó su actuación. Y eso que ella lo mira con cariño y no se atreve a dar una voz más alta que otra, pero solo hay que mirar la cara que se le queda. Pero resulta complicado que te emocionen esos pases alejadísimos, estirando el brazo más de lo recomendable por el Colegio de Fisios de Madrid, empalmando, que no ligando, los mantazos. Cambios de mano sin venir a cuento y volviendo locos a sus fieles, esos que llevan su lealtad hasta el límite y que solo van a verle a él una vez al año. Estocada recibiendo y atornillando, una nueva suerte, que le quedó muy trasera. En el quinto verónicas rectificando siempre, sin perdonar el pasito atrás ni para templar el capote toreando de salón. Con la muleta tanto mete pico y estira el brazo, que el toro se le coló al ver el hueco y además se aprendió el truco y siguió buscando. Este era el toro complicado y Barrabás que no respetó la categoría del espada. Al final se tiró por algo parecido a un arrimón, digno de la plaza de Murcia, como diría mi amiga Gloria, pero no, ya ven en Madrid también somos de provincias…”