*Por Obispo (E) Federico J. Pagura** *
*Rosario*
Inspirado y conmovido por la convocatoria y los resultados de la 2° Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que va concretando el sueño de nuestros mayores próceres, y la extraordinaria visión y pasión del presidente Chávez, en quien confluye el vigoroso pensamiento de Bolívar y Martí, me es grato compartir la poesía que di a conocer en 1979 en la ciudad de Montevideo, Uruguay, que hoy debería intitularse: “Un solo corazón americano y caribeño” y que afirma:
Dios nos dio un corazón americano,
mezcla de indio, de negro y de europeo,
en este continente “ancho y ajeno”,
que está llamado a ser tierra de hermanos.
Desde Méjico indómito y moreno,
a una Argentina múltiple y fecunda;
desde un Brasil frondoso y gigantesco
hasta un Perú que mar y sol inundan.
Éste es tiempo de unir mano y cerebro,
es tiempo de quebrar yugos extraños,
es tiempo de formar un solo pueblo
Como Dios lo ha querido desde antaño.
Centroamérica labra su futuro
tras años de humillantes opresiones;
y laten de emoción los corazones
que sobreviven a un pasado oscuro.
El Caribe despierta y se sacude
de su pesada carga de injusticia
y, al son de su bongó, las voces suben
saludando la aurora que se inicia.
Por los niños que mueren de hambre y frío,
Las mujeres que venden cuerpos y almas,
Los obreros que piden justa paga,
la juventud que busca su destino;
Dios nos llama a luchar de amor ungidos
como el Cristo se dio por sus hermanos;
por eso e n nuestros pechos ha prendido
un solo corazón americano.(1)
Extiendo mi alegría y esperanza a los pueblos de Costa Rica y El Salvador, que el próximo domingo renovarán sus autoridades, y por cuya plena liberación, en justicia, libertad y paz, trabajamos apasionadamente desde 1978 cuando fue creado en México el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI).
Anhelamos que Dios dé sabiduría y audacia a judíos, cristianos, islámicos y de otras confesiones religiosas, para elegir autoridades que rompan viejos moldes de opresión y corrupción, para contribuir al bien de esos pueblos, y a la construcción de la Patria Grande que la asamblea de CELAC nos ha lanzado como desafíos para los tiempos que nos toca vivir.+ (PE)
"Texto recibido el 31 de enero de 2014."
Notas:
(1) “Un corazón americano”, Págs. 284 – 285 del libro “Federico Pagura. Alborada de esperanza. Vida y testimonio de un profeta latinoamericano”.
SN 0387/14