"El tío no me disgustaba, pero no crees que hay algo misterioso y hasta sospechoso que a sus 46 años no esté casado ni tenga hijos, aunque sea de relaciones informales?" - decía una a la otra.
El tema del por qué un hombre de éxito en los negocios no ha encontrado hasta la fecha a una posible candidata para ser la Primera Dama, se convirtió en el debate de la temporada que sigue en vigor en salones de belleza, reuniones de trabajo, las charlas de las afterwork parties de todas las clases sociales.Un novio de oro o un hombre con alguna enfermedad secreta o incluso homosexual, - la opinió pública se ha dividido ofreciéndole a su imaginación diferentes versiones, convertidas en leyendas urbanas.
"Seguimos siendo (Rusia) un país de sólidas creencias conservadoras. Nos gusta la imagen de un hombre que vaya respaldado por su sólida familia, a pesar de que el 75% de los hombres casados reconocen haber sido infieles a sus mujeres en varias ocasiones. Y un hombre soltero o, a sus 46 años, ya solterón, no inspira confianza, no transmite la imagen de alguien capaz de preocuparse de los demás, asumir responsabilidades; levanta sospechas de ser egoista y frío," - dijo otra pasajera del asiento de atrás.
Parece increible que con esas estadísticas una aplastante mayoría de los hombres en Rusia se manifiestan partidarios de una vida familiar para proyectar una imagen de "normalidad" si pretenden triunfar en la vída política y social.
Me acuerdo que mi madre contaba que en los tiempos soviéticos, cuando a un hombre divorciado, o aún peor, todavía soltero a cierta edad se le etiqueteaba “moralmente inestable”. No podía ser admitido para afiliarse al Partido Comunista, tenía pocas posibilidades para un ascenso profesional y no podía salir del país. En el pasado uno podía convertirse en marginal por la “inestabilidad moral” siendo todavía muy joven, a la edad de 25 años. Ahora la fecha límite se ha aplazado hasta la mediana edad. Pero, la idea de que “algo le está pasando al hombre si no se casó a los 35 o 40 años” sigue siendo muy popular entre ciertos grupos sociales de Rusia.
- Tener una familia significa en la vida de un hombre su madurez, su escala de valores y su orden de prioridades, su capacidad de asumir responsabilidades, - se incluyó en la conversación un hombre que hasta este momento, igual que yo, prestaba su atención a la conversación de las chicas.
- Bueno, y si un hombre se casa y se divorcia varias veces, tiene hijos con varias madres, ¿cual sería en este caso su escala de valores? - preguntó al intruso una de las pasajeras.Sin duda la pregunta, un tanto sarcástica, le creó al hombre unos segundos de confusión, pero se notaba que éste era un tema que no debatía por primera vez, así que se repuso y respondió:"Un hombre, que es capaz de mantener a varias familias, resulta muy masculino, varonil; y si cumple al igual con compromisos con sus ex mujeres y no discrimina a los hijos, es un hombre muy respetable."
No sé si hablamos de Rusia o algún país árabe donde un hombre puede tener un harén y hasta cuatro eposas,- pensé. También pensé que esta conversación demostraba claramente cómo está dividida la sociedad en Rusia en pleno proceso de evolución, debatiendo entre las nuevas fórmulas de vida en la sociedad, la emancipación de la mujer que va más allá de su reconocimiento individualista, y las tradiciones conservadoras y de tradición machista.
Escuchando a las chicas de la cuarta fila me acordé de otros líderes políticos y sus historias y relaciones con el poder y las mujeres.
En España nunca hubo candidado al Presidente del Gobierno del que se podría decir: hombre joven para su cargo y sin compromiso. No sé si es bueno o malo. Quizás llevamos tan solo 30 años de la democracia que nos enseña a vivir y convivir con formas de vida poco tradicionales y aun menos católicas. Y posiblemente un día aparezca un joven y apuesto soltero que sepa exponer su programa de modo que le creamos: los de la izquierda, de la derecha, y los que ya no creemos en los políticos.
Y nos dará igual con quien salga en sus pocos ratos libres.
O, quizás, las solteras del país le darán ese voto necesario para ganar; y soñarán en convertirse en su Primera Dama.