Al parecer se debió a un error de un ordenador, aunque nunca se sabe. El caso es que un supermercado de Nueva Zelanda se abrió porque sí a eso de las ocho de la mañana del pasado Viernes Santo. ¿Fué un milagro?, ¿una prueba divina? No se sabe, pero al menos veinticuatro personas aprovecharon para hacer su compra antes de lo debido. Pues he aquí, amigos y amigas, que pasó algo curioso: los mañaneros y solitarios consumidores comenzaron a llenar sus carros y se pusieron a hacer cola delante de esas cajas en las que tú mismo puedes escanearte la compra.
Se cree que al menos la mitad de los que allí estaban pagaron, pero he aquí que varias de las cajas se atascaron cuando los paseantes trataron de escanear bebidas alcohólicas (por lo visto la caja se bloquea a la espera de un asistente que certifique que el comprador es mayor de edad).