un taxi en la noche

Publicado el 17 agosto 2012 por Serlibre
La ciudad estaba envuelta por una neblina que parecía abarcarlo todo. Un cielo semi caído, casas veladas, y el único taxi disponible con el vidrio empañado. Pura soledad.Al subir sonrió - hola dijo-No tenés apuro?Jaja, qué gentil, gracias por preocuparse en que llegue a tiempo.Sos tonto o te haces pibe?A dónde te llevo?Disculpe es que estoy solo.No sos el único, más que solo parecés sordo. Me vas a decir a dónde vamos o te bajo.Me da un poco de vergüenza, jaja, voy al City Center.El pibe estaba pálido con la vista pegada al vidrio donde dibujaba figuras que se confundían con las de afuera.Árboles frescos. Hojas enredadas. Humo pegado en los labios. Y él como queriendo recordar a cámara lenta aquellas hojas que le encantaba olerlas crujir cada vez que corría en medio de ese parque de ramas complacientes.Tiene hora?Ni reloj tenés pibe?Jaja, tiene razónSe lo dejé a mi abuela.Sabe? ella se fue hace un mes y estoy solo.Le miró la nuca con ganas de que lo escuchara, se imaginaba contándole todo. El rostro encendido. Un puntito en la noche. Le pidió fuego aunque no fumaba sólo para sentir que alguien podía tocarlo. Sacó del bolsillo el pucho que compró suelto para un conocido del barrio. Quería sorprenderlo. El taxista con veinte años de calle le dijo-pibe vos no fumas. Es que estoy solo.No sos el único pibe. Llevo años arriba de éste taxi apretando el volante cada vez más sucio. El otro día subieron tres pibas. Una gordita con unos ojos enormes y las otras dos estaban borrachas. La gordita seria. Les pedía que no contaran nada y las otras dos, semi borrachas empezaron a manosearse a punto tal que me dieron ganas.Che pibe me esperás un minuto que bajo así busco a la Moni y seguimos?El pibe más pálido, con más vidrios en sus ojos que el de la puerta. Quieto. Como el taxi. Eran dos en el mismo lugar. Miró para afuera cuando de pronto sintió un ruido que parecía tocarle el hambre.Era la Moni que subía. Vos te crees que sos el único le decía la Moni al taxista. Y agregó. Vino el Cholo. El taxista ponía cara de no me importa y la Moni parecía engordar la rabia. En un momento no pudo más y le gritó, estúpidooo.Se siente bien señora le preguntó el pibe mientras la Moni se acomodaba los auriculares del celular y se conectaba a facebook.El pibe se quedó quietito. Un grito de la Moni le cambió el color al pibe. Está en el chat dijo y el taxista giró el volante como para tirarla del auto. Ella contenta repetía, si si, dale. Qué gracioso pensó el pibe y se tapó la boca con la mano mientras pensaba- me gustaría poder contarle que estoy solo, pero se callo y pensó- Qué lindo, ella se ríe tanto que me da pena decirle que los del chat no existen.El taxista la miraba a la Moni y de reojo por el espejo retrovisor al pibe. Por qué te tapas la boca boludo.Jaja. Disculpe me vino tos y no quería salpicar a la señora. Quiere que le cuente?Estoy solo.Che Moni ese chat de facebook te va a volver más loca de lo que estás.La Moni nada. El pibe menos. A qué vas al City Center pibe?Es queeMoni cortala. Dejá de reírte. Si chocamos la chapa vas a ser vos.El pibe hizo un movimiento con la mano para calmar al taxista y la Moni pensó que lo quería robar. Se dio vuelta y le raspó la cara con la pintura de uñas. El pibe largó dos o tres gotas de sangre. Ella nada. Y él se disculpó por ensuciar el auto. Inclinó las pestañas para afuera envuelto en la neblina mientras se filtraba la chispa del encendedor con la que un flaco le daba fuego al pelado mientras se fumaban el último fasito.Alargó el cuello como para tocarlos, bajó el vidrio y estiró la mano ofreciendo el puchito que había comprado.Sos loco pibe, te van a dejar sin dedos.Es que estoy solo.Imagino que traerás bastante, con poca guita en el casino ni media hora eh.No vine a jugar. Fue muy lindo todo, gracias, el viaje me hizo sentir lleno de amigos.Pibe, te repito sin guita estás al horno.Es que estoy solo.Cortala con que estás solo boludo.Llegamos, son 30 pesos.Ticket no tengo.El pibe parpadeo, saludó pero nadie le respondió.Al bajar del taxi pensó que le hubiera gustado entrar al casino. Lo imaginaba lleno de gente, que lo tocaran al pasar, pero sabía que eso era imposible.Caminó lento con una sonrisa pálida y se arrodilló al lado del único perro que le movía la cola. Que te pasó le preguntó el pibe al perro. Estás todo mojado, flaco.  Hace menos de una semana que no vengo y ya estás así? Me extrañaste? Por qué no comiste? El perro levantó el hocico y le respondió con dándole una larga lamida en la cara.