No corren buenos tiempos para José María Manzanares. Sus actuaciones en la plaza así lo demuestran. La del 2013 no será su mejor temporada. Mejor parar y cargar fuerzas. Por el momento, causa baja en el cartel de hoy en Málaga aduciendo a un esguince en el tobillo.
(Fotografías: @SantanadeYepes)
Plaza de Toros de Málaga
Viernes 23 de agosto / 6ª de abono / Casi lleno
Se lidiaron dos toros de Victoriano del Río (3º y 6º) y dos de Toros de Cortés (1º, 2º, 4º y 5º). Estuvieron bien presentados el 1º y el 4º, lote de Antonio Ferrera. El resto fueron terciados y anovillados, impropios de plaza de primera categoría. Todos resultaron mansos excepto el cuarto, un toro bravo que fue aplaudido en el arrastre.
ANTONIO FERRERA (que sustituía a Morante de la Puebla): estocada baja (Palmas) – Estocada trasera y atravesada (Una oreja)
EL JULI: pinchazo, cinco descabellos (Saludos tras aviso) – Pinchazo sin soltar y estocada casi entera atravesada (Silencio)
JOSÉ MARI MANZANARES: pinchazo hondo tendido y estocada contraria (Silencio) – Tres pinchazos, estocada casi entera perpendicular y ocho descabellos (Silencio tras dos avisos)
Saludó Juan José Trujillo tras banderillear al cuarto de la tarde.
UN TORO BRAVO
Por José Daniel Rojo
Ayer saltó un toro bravo a la Malagueta. Y fue por mera casualidad, porque la corrida que Victoriano del Río, con sus dos hierros, mandó para la Costa del Sol fue un compendio de mansedumbre. Casualmente el toro mejor presentado del encierro fue el que brindó un halo de esperanza a quienes todavía, a pesar de todo, seguimos confiando en esta vilipendiada Fiesta Nacional. Un animal que cumplió con nota en varas, que tuvo motor, se movió y que humilló con codicia en la muleta de Antonio Ferrera. Lo recibió con el capote a la verónica, muy acelerado y de feas maneras, con ese encorvamiento típico en este torero que luego sí fue capaz de protagonizar un vibrante tercio de banderillas. El toro se movió y aquello tuvo emoción. Ferrera mandó callar a la música y entre el quiebro, por los adentros y en la cara consiguió poner la plaza a revienta calderas. Tuvo mérito el tercio de banderillas, que en estilo Ferrera con ese salto olímpico, hizo vibrar a todos. Sin embargo todo ese poder que mostró con los garapullos no fue capaz de mantenerlo en la muleta y al final el toro superó al hombre. Hizo Antonio el toreo al revés, de abajo arriba; sus muletazos carecieron de profundidad. Al final el toro se acabó contagiando de lo mal hecho y quedó la sensación entre los aficionados de que un gran toro, un toro bravo, volvió a dejar en evidencia que en esta profesión faltan toreros de verdad. - ¡Para una vez que sale uno bravo… ! – dejaba caer un aficionado cabal por el tendido. Y no le faltaba razón al hombre.
En el primero de la tarde poco pudo hacer Ferrera con un manso que cantó la gallina en el tercer par de banderillas que le propinó el torero. El toro se sintió podido y se fue a querencia. A partir de ahí se quedaba a mitad del muletazo y protestaba el manso echando la cara arriba. Entre tanto, el matador anduvo siempre al hilo del pitón y con el culito para afuera.
El novillote segundo se frenó ya de salida en el capote de Juli. Arreó en su condición de manso al caballo de picar y sembró el caos en el tercio de banderillas dejando patente que los subalternos modernos no saben lidiar más que al toro bobalicón. En la muleta se dejó el burel y el madrileño le plantó cara pero siempre con la pierna de salida retrasada –descargando la suerte-, y abusando del pico de manera descarada. Dio muletazos largos y con mano baja y lo hizo por ambos pitones. Exprimió al toro con una tauromaquia moderna y liviana en una faena que fue de más a menos y en la que sobraron las dos últimas tandas. Dicho sea, a favor del torero, que el toro no valió nada, pero Juli lo vendió a la galería como si fuese bueno.
-¡Pues ya que has conseguido pegarle muletazos al manso podrías haberlo hecho bien, con la patita “pa´ lante” mi arma! – sentenció el aficionado cabal en el tendido. Y esta vez tampoco le faltó razón al hombre.
El quinto fue otro manso que se volvió a lidiar mal. En la muleta se desplazó en las dos primeras tandas, pero en cuanto se sintió dominado buscó las tablas descaradamente. Abrevió Julián.
A la cabrita que salió en tercer lugar le faltó cara, remate y fuerza. Era el tipo de toro que Matilla quiere y busca para Manzanares. Y allí que se plantó el alicantino con su muletita bien grande para empezar a darle pases. Pero a la cabrita no se le podía bajar la mano, lo desarmó varias veces y por si todo esto fuera poco, también buscó el toro el refugio de las tablas. Aunque dicho sea de paso, Manzanares tampoco estaba mucho por la labor. Aquello vino a ser la historia de un desencuentro entro toro y torero. Y el sexto fue otro toro terciadito con el que Juan José Trujillo se vio obligado a saludar montera en mano, pero esta vez sin mucho merecimiento; más bien por aquello del paisanaje. El toro era, como el resto de la corrida, manso, pero éste tenía geniecito y transmisión en su embestida. Un animal con el que se espera que una figura del toreo esté a la altura. Pero Manzanares no estaba por la labor y se vio desbordado por un animal que repuso rápido y que apunto estuvo de prenderlo en alguna ocasión. La apatía de José Mari provocó que tampoco lo probara por el pitón izquierdo y que pasara un auténtico calvario para pasaportarlo. Apunto estuvo de que se lo echaran al corral. -¡Este hombre está para que se tome una temporadita sabática! – afirmó en el tendido el aficionado cabal. Y tampoco le faltó razón esta vez al hombre.
De momento, Manzanares se cae del cartel esta tarde en Málaga. Según el torero, por un esguince. Los que admiran a este torero lo han agradecido después de la triste imagen dada ayer tarde en La Malagueta.