La alarma sonaba de una manera especialmente fuerte esa mañana, su mano se deslizó lentamente para sentir el calor que despedía su frente por el fuerte dolor de cabeza que tenía tras otra noche de whiskys, sus ojos se entreabrieron para ver la hora y de un brinco salió de la cama al ver la hora, ya era tarde y aún seguía con la ropa del día anterior.
Se dio un baño rápido y tomó unas aspirinas para ese molesto dolor de cabeza. Tenía una entrevista muy importante a primera hora que no podía perder.
-Empieza bien el día- pensó.
A pesar de lo mal que comenzaba su día, no sabía lo realmente mal que se iba a tornar, iba a preferir no haber salido de esa cama, llegaría a desear que ese fuese el último de sus días, porque lo que le esperaba, era solo el comienzo.
Tras los últimos sorbos de café, se disponía a salir de su apartamento para asistir a la entrevista. Cerró la puerta y bajó por las escaleras, pero justo antes de llegar a la planta baja, al girar para bajar los siguientes escalones, un fuerte golpe en su cabeza le nubló la vista y le dejó sin conocimiento.