No existen medias verdades, si acaso, medias mentiras, y es por ello que uno debe potenciar lo que muchos critican. La critica hace relucir los defectos y las virtudes, porque existen la sinceridad y la envidia, pero si no quieren plantearse ese dilema, no se plantee ninguno, puesto que la felicidad se define como la ausencia de la desdicha. La dualidad emocional es irremediable, como el querer ser rico y no pobre como una variedad del optimismo. Primero se siente, y después se intenta comprender viendo los resultados que produjeron esas emociones. No se torture aprendiendo técnicas que no comprende, cree las propias suyas porque son las que merecen ser perfeccionadas, y piense en que todo tiene arreglo, incluso la estupidez. Hago este brindis por un gran pensador con paráfrasis que pululan susurrando detrás de mi oreja y no me dejan en paz. Salud.