Científicos británicos desarrollan un nuevo tipo de vendajes para heridas, cuya tecnología dotará a los médicos de una potente herramienta para la detección temprana de infecciones.
Los expertos sanitarios coinciden en señalar que la identificación precoz de la infección bacteriana de las heridas, sumada a una intervención inmediata y eficaz por parte de los facultativos, podría reducir drásticamente sus consecuencias para la salud de los pacientes y la carga que representa para el sistema sanitario. Por eso un equipo de investigadores de la Universidad de Bath -Inglaterra- ha desarrollado un nuevo vendaje inteligente que cambia de color para indicar un principio de infección por bacterias, que podría dotar a los médicos de una potente herramienta para su detección precoz.
Aunque sólo se trata de un prototipo, sabemos que este vendaje reactivo está dotado de un material similar a un gel integrado por nanocápsulas, que reaccionan al contacto de las bacterias liberando un tinte inocuo de color verde fluorescente. Una solución que facilitará a los facultativos la monitorización de las heridas quirúrgicas o heridas por traumatismos, con el fin de reducir el uso excesivo de antibióticos en un contexto donde las cepas de infección son cada más resistentes.
Se sabe que los microbios segregan una sustancia viscosa en forma de biopelícula que ayuda a defender la colonia del sistema inmunológico del cuerpo humano, y además, permite activar la producción de toxinas una vez alcanzada cierta densidad. Pero el diseño del nuevo vendaje incorpora una capa exterior integrada por una superficie gelatinosa de nanocápsulas que emula aspectos biológicos de la membrana de las células humanas. De esta forma se incita a las toxinas a que perforen esta pseudomembrana celular, liberando el tinte que al diluirse con el gel que lo envuelve cambia de color indicando la presencia de un conato de infección.
Con respecto al uso de antibióticos, los expertos aclaran que todas las heridas siempre acaban siendo colonizadas por bacterias. Pero estas especies patógenas no siempre son perjudiciales para la salud del paciente, siendo el propio sistema inmunológico quien se encarga de combatirlas sin necesidad de apoyo farmacológico. Este vendaje inteligente serviría también para discriminar en qué casos sería necesario el uso efectivo de antibióticos, para evitar precisamente las consecuencias derivadas del abuso de este tipo de medicamentos.
Esta discriminación entre especies patógenas y no patógenas pudo ser demostrada en un ensayo reciente realizado por el equipo de investigadores británicos. El cambio de color del vendaje poco después de entrar en contacto con biopelículas de tres cepas distintas de bacterias patógenas, no se produjo en el caso del ensayo del vendaje en contacto con bipopelículas de especies no patógenas.
Aunque no se ha demostrado la utilidad clínica del vendaje en humanos, se trata de un paso importante hacia el diagnóstico fiable de las infecciones de heridas. De hecho, el equipo de científicos británicos liderado por el profesor de química biofísica, Toby Jenkins, está convencido de que con la detección precoz de cepas bacterianas se podría atajar el problema con mayor antelación y eficacia, incluso antes de que se presenten los síntomas en el paciente.
El equipo de trabajo ha sido subvencionado recientemente por el Consejo de Investigaciones Médicas de Reino Unido, para demostrar la eficacia de esta tecnología en la detección de infecciones en los frotis de las heridas y el líquido de las ampollas extraído de las víctimas de quemaduras pediátricas de la unidad pediátrica de quemados de la Universidad de Bristol. Según los pronósticos del equipo de Jenkins, la tecnología de este vendaje inteligente podría estar lista para ensayos clínicos en 2018.
Imágenes | vía pixabay y Medicinal Chemistry