Y qué deciros, pues que entre el mes de febrero y octubre han pasado muchas cosas en mi vida, unas más simples y otras más significativas. La más importante y especial es que el 29 de julio me he convertido en tía de un niño precioso llamado Daniel. Otra es que nuestro lindo gatito negro se ha ido a vivir a la casa de campo de los padres de mi cuñado y está muy feliz y adaptado, ha ganado en libertad. Otra es que mis padres han estado reformando nuestro piso y ha quedado genial. Y otro de los cambios, y en el que me voy a centrar en esta entrada, es lo que he vivido en
la temporada de verano.Desde un principio me pareció una empresa seria y tuve buenas sensaciones. Puse en una balanza y ganó lo positivo: un
verano al calorcito de Mallorca donde además tendría a mi madrina muy cerca, un sueldo razonable con alojamiento y manutención incluidos, un trabajo en el que practicaría mucho el inglés y el alemán y estaría en contacto con el público y otros compañeros que estarían en mi equipo, un tiempo en el que me libraría de las reformas de casa... Me decidí y el martes 25 hice una entrevista de aproximadamente 45 minutos en la que me explicaron todo detalladamente. Hablamos también un rato en alemán pues este era un requisito indispensable para conseguir el empleo. Otro punto fuerte era poder preparar clases de Pilates y Yoga para los clientes. Y me encantó la idea pues el deporte siempre ha estado muy ligado conmigo. El miércoles me dieron el sí y entre el jueves y el domingo me organicé para poder estar en la isla el domingo por la noche y empezar a trabajar el lunes 1 de mayo. Y de ahí hasta el 5 de septiembre.En estos 4 meses pasaron muchas cosas y conocí a muchísimas personas de lo más variadas en el equipo de animadores. El equipo lo formábamos 3 el primer mes de mayo y luego esta cifra ascendió a 6 a partir del mes de junio, pues la clientela aumentaba. El equipo de animación fue inestable desde el principio, con muchos cambios de gente. De hecho yo fui la única que se mantuvo el tiempo acordado de contrato en el mismo hotel. A algunos compañeros los cambiaron de hotel (porque su perfil encajaba mejor en otros) y otros compañeros sencillamente no se adaptaron y tuvieron que regresar a casa.Espero que la memoria no me falle. Os nombro a todos los que conocí. Pepe, Rafa y Cristina (todos de España) eran los jefes, digamos generales. Luego estaban los jefes de grupo: Xavi, de Valencia; Thimo, de Bélgica y Patrik y Romana de la República Checa. Por último, nosotros: Javi, de Santander; Dani, turco-alemán; Jesús, de Valencia; Jakub y Mónica de la República Checa; Eggy, de Letonia; Marina, de Hellín, Kathe y Christoph de Alemania y yo, de Galicia. Y sin mencionar al resto de trabajadores del hotel que veía diariamente... Juanan de recepción, Cristian de cocina o Sarai de la limpieza son solo algunos ejemplos.Veamos estos meses a través de imágenes:
1) Prinsotel la Pineda, Cala Rajada.7) Detalles culinarios.
8) Curiosos animalitos.
9) Siempre bien acompañada. Al desconectar del trabajo.
10) Einfach...¡ich!
"Cuando menos te lo esperas la vida te sorprende con nuevas oportunidades"