Lucas 9:23-26
No es fácil renunciar a uno mismo, y morir cada día y seguir a Cristo; que gran reto ¿Está usted dispuesto a ello? pues ese es el verdadero discípulo de Jesús.
Veamos lo que nos dice Lucas:14:25-27 "Si alguno viene a mí y no me ama más que a su padre, a su madre, a su esposa, a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun más que a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no toma su propia cruz y me sigue, no puede ser mí discípulo"
Jesús continua su enseñanza y veamos lo que dice en el versículo 33-35 "Así pues, cualquiera de ustedes que no deje todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo. La sal es buena; pero si deja de estar salada, ¿cómo volverá a ser útil? No sirve ni para la tierra ni para el montón de abono. Simplemente, se la tira. Los que tienen oídos, oigan"
Creo que esta es la verdadera esencia de un verdadero cristiano, y esto no quiere decir que sea religiosidad o legalismo o fanatismo, no, es que la verdad nos justificamos ante nuestras debilidades, y también ante el pecado; pero cuando determinamos seguir a Cristo esta decisión debe ser RADICAL; y poder decir como el apóstol Pablo "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí" Gálatas 2:20.
La iglesia sigue dormida ante esta verdad, y como primera instancia solo se está buscando el bienestar, la comodidad; cuando Jesús dijo: "Así que no se preocupen, preguntándose: Qué vamos a comer? o ¿Qué vamos a beber? o ¿Con qué vamos a vestirnos? Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas". Hemos cambiado lo prioritario por lo necesario, estamos dando más importancia a la necesidad que a la prioridad de poner nuestra atención en el reino de los cielos. El afán por las riquezas nos están desviando del verdadero propósito de Dios de que nuestros ojos estén puestos en el reino de Dios y en practicar la verdadera justicia.
Tenemos que entender que el verdadero discipulado es negarse y morir cada día a uno mismo, es amarlo por encima de nuestra propia familia, es renunciar a todo lo que poseemos.
Si estamos viviendo una religión cristiana, siguiendo rituales y condiciones de hombres; si no estamos llevando un estilo de vida basada en la Palabra de Dios, bajo la dirección del Espíritu Santo de Dios; si todavía acariciamos en nuestro corazón apegos y debilidades, estas son situaciones que no nos dejan seguir a Jesucristo. Nuestra entrega debe ser total, veamos el caso de Abraham, cuando Dios le ordena ofrecer en holocausto a su único hijo y a quien amaba, en ningún momento dudó, Abraham obedeció y no rehusó darle su único hijo (Génesis 22); esto es una verdadera entrega y rendición a Dios.
Cuando Jesús llamó a alguno de sus discípulos, ninguno puso objeción, la Biblia dice que de inmediato le siguieron (Mateo 4:20-22, 9:9).
Un abrazo y bendiciones