El gran búho blanco se recorta en vuelo sobre el paisaje aún oscuro del amanecer en línea recta hacia La Que Camina en Sombras, ella abre los brazos, feliz de verlo llegar y él proyecta sus garras, como cuchillos, al centro de su pecho, arrancándole el corazón.
Mientras lo devora imperturbable, la mujer le pregunta, aturdida de confusión:
-Por qué lo has hecho?!!!-
Con las plumas bañadas en sangre y los ojos amorosamente fieros el gran cazador le responde
-Si no mueres…cómo esperas nacer?-
La noche se hace azul iridiscente y la Madre Araña camina desde el principio de los tiempos dejando a su paso un hilo de Oro rubí que teje el entramado de cuerdas, la red que forma el principio de la manifestación. Una danza elegante de partículas que se combinan, se acercaran, se alejan, rotan, en ambas direcciones como dos que se acechan siendo uno y forman un multiverso de infinitas posibilidades, potencia e inmanencia de todo lo que es y puede ser.
El paisaje se ilumina de mundos y dibuja sobre la red un perfecto armonioso e infinito.
La Madre araña camina lentamente sobre el cuerpo de La Que Camina En Sombras, cada paso la desviste, cada hilo la viste de un entramado Oro Rubí que se integra en el cuerpo y se unifica. Ella sonríe y al sonreír el entramado se ilumina y se funde con la Red de la manifestación y ya no reconoce que es ella y que es el cosmos.
Flotando en flujo de incertidumbre y de sabiduría la caminante de la noche descubre entre los hilos un portal que la conduce a un salón imponente.
El sonido de sus pasos hace eco y la camínate observa el cambio progresivo del paisaje mientras un salón imponente se hace presente frente a ella bordeado de columnas hathóricas con un piso en mármol con disposición de damero en blanco y negro.
Cada paso que avanzaba dentro de él lo hacía más extenso y sus límites ser perdían del alcance de la vista frente a ella.
Emplazado en el centro del salón, un altar bajo llama su atención, se aproxima y se arrodilla frente a él inspirada por una profunda reverencia.
Acaricia la caja primorosamente tallada en Bokapi añosa y rojiza, sobre el cerrojo una inscripción en letras de diamante:
“EQUILIBRATTA”
Al abrirlo, una luz radiante la enceguece y la envuelve en una sensación de balance perfecto. Sus manos recogen con amoroso cuidado una espiral que al salir del cofre se expande y se proyecta de infinito a infinito y la habita. Un sonido poderoso vibra dentro de ella…“EQUILIBRATTA”
Cierra los ojos y respira la noche hasta sentirse una con ella.
Los mirlos cantaban al sol naciente y unas luces tenues de alborada se filtran por el enramado del bosque.
Se pone en pie y busca a su alrededor para volver al camino. Los primeros perfumes verdes de rocío aroman el entorno y la senda se entrega generosa bajo sus pies. Las flores blancas brotan a su paso y lanzan al aire miles de partículas luminiscentes que se pierden entre las hojas de los árboles milenarios…
El Gran Búho blanco la mira desde una rama con ojos inquisitivos.
Parece preguntarse si se atreverá a proseguir camino…si se atreverá a preguntar…si se atreverá a las respuestas.
Ella ensaya en gesto de indiferencia y el asume una posición de acecho, algo dentro del pecho le recuerda a La Que Camina En Sombras su encuentro pasado con él y el dolor que se propaga le quita el aliento.
La senda va dejando atrás el bosque y la textura bajo sus pies cambia lentamente, mientras el profundo olor del yodo revive su aliento y el sonido del mar le habla de haber llegado a casa.
Sentado sobre una piedra plana cuida una fogata en la que está asando un par de piezas de cazón recién pescado, mira hacia el mar buscando la barca pero no la encuentra.
Su sola imagen, la simple anticipación del sonido de su voz la hizo temblar de ternura y nostalgia.
El mundo era gigantesco desde que él la había dejado sola en él y sospechaba que ahora iba a hacérselo aún más grande.
El miedo atenazó sus entrañas, todo lo que tenía que hacer era volver unos metros sobre sus pasos e internarse nuevamente en el bosque…Dio un paso hacia atrás. Él giró la cabeza al tiempo del movimiento y levanto la mano llamándola. Lo vio sonreír y supo que cualquier verdad que tuviera que herirla no podría tener mejor vocero, como sea que fuera junto a él estaba a salvo.
Respiró profundo y se acercó dejando huellas en la arena tibia.
-“mon chéri”!!!-
-“francés”!!-
Él se puso de pie para abrazarla y ella se hundió en sus brazos como los niños se refugian en brazos de su madre al despertar de los terrores nocturnos. Temblaba y él la apretó más fuerte contra sí.
- “mon chéri” me conoces, jamás te obligaría a nada, tanto como jamás te dejaría sin respuestas y nunca te mentiría-
Ella se separó apenas para mirarlo a los ojos…esos ojos…esa mirada…era tan antigua que le contenía el alma…
-justamente es todo eso lo que me asusta-
El acallo el mar con una carcajada y ella sintió que algo seco y frío recobraba vida en su interior.
-Tenés hambre?-
-No…tengo ganas de ese cazón…-
-Cómo va el camino?-
-sigo sin respuestas…-
-Eso es porque no tienes preguntas…-
-Pues para vos se me ocurren unas cuantas-
El rostro curtido por el sol y la sal del anciano se pudo sombrío
- “mon chéri” cuidado, si hay preguntas hay respuestas…-
-Necesito Saber…Lo conoces no?-
Su sonrisa pícara dibujó flores azules junto a la hoguera
-si se te acerca, yo lo conozco-
Sobre el mar, un frente de tormenta se hacía más gris y ominoso, las olas se aceleraban temperamentales y sus gotas rociaban en entorno.
Ella miró el paisaje y buscó la mirada del viejo francés, cuando la encontró sintió que le primer rayo caía en su corazón y eran sus ojos los que comenzaban el aguacero en ciernes.
-Parece que me equivoqué entonces… no es quien yo creo?-
- “mon chéri” es EXACTAMENTE quién vos crees…EXACTAMENTE… se pertenecen molécula a molécula, verte en sus ojos es recorrer de vuelta el camino de tu alma…se han acompañado por eones…pero no es quién te gustaría creer que es-
-Tranquilo “francés” eso ya lo he visto, y puedo-
-NO… tú no comprendes aún.-
Comenzó a desgranar una historia de mar y dolor en la que dos amantes se encuentras para perderse, en la que los destinos quedan en suspenso y vuelven a reunirse para saldar sus deudas y liberarse de sus karmas.
-Y él no va a poder?-
-La culpa “mon chéri” es la espiral más venenosa que envuelve a un alma, hace falta mucho poder, mucho amor y mucha claridad para torcerle el giro, mientras tanto se sigue sobre el eje, cada vez más profundo-
-Pensaste que era como yo?-
-NO… nadie es como vos…-
-“mon chéri” tu no me conocías a su edad…yo también pelee con mis fantasmas-
-Y venciste-
-No…los venció Elena-
-Él jamás me daría ese poder a mí, “francés”, ni siquiera sabe cómo hacerlo-
-Yo tampoco sabía, no es saber, es confiar, entregado…amando, con confianza ciega en quién se ama… La Diosa Siempre sabe, lo recuerdas?, si se la ha elegido bien no hay nada que temer-
-Él no puede confiar de ese modo…-
Entonces no habrá victoria…-
Un golpe seco partió el cristal del mediodía nublado y el resplandor del rayo sobre el mar refugió en sus ojos en llanto.
-no, “mon chéri”, no llores, sabes que me destruye tu amor que está llorando, me quema el alma de dolor infinito. Ten…come algo-
Le extendió una vara con un trozo de cazón caliente.
Se lo llevó a los labios y empezó comerlo…Sabía a mar, a esperanza, a consuelo, a paz, a cálido sosiego.
-Nadie hace el café como vos “francés”- cuando giró la cabeza él ya no estaba.
La lluvia arreció apagando el fuego u castigando su cuerpo, busco tratar del volver al bosque pero este se alejaba a cada paso, miles de agujas frías se clavaban en su piel y el viento fustigaba su rostro primero con arena, luego con yodo.
Avanzaba esforzadamente, sin poder ver nada más que la cortina de agua, desorientada, no notó que iba camino al mar y al darse cuenta una ráfaga enfurecida la empujo tirándola dentro de un pozo engaños que se hundía a escasos dos metros de la playa, sintió que se ahogaba, trató desesperadamente de nadar y sentía el cuerpo pesarle como plomo, pudo sacar la cabeza a penas lo suficiente para ver su rostro mirándola ahogarse, crispado de dolor, pero inmóvil.
La voz del “francés” resonó en su recuerdo
“-NO… tú no comprendes aún.-“
Vio la mirada del hombre que la contemplaba y verse en sus ojos fue recorrer de vuelta el camino de su alma…entonces comprendió.
Se entregó sin más lucha a la muerte salada.
Abrió los ojos, la despertó el insoportable sonido del silencio. El bosque parecía asustado.
Frente La Que Camina En Sombras se abrían dos camino uno despejado y el otro sombrío, recordó a Frost, apeló a la conciencia de que no era la primera vez que lo elegía, y tomó el menos transitado.
El bosque se volvía cada vez más siniestro, cada vez más silencioso.
El camino subía una colina baja y en un recodo encontró una cueva.
El paisaje era sepulcral, ni un perfume, ni un sonido, un movimiento.
Sólo un colibrí rojo tornasol libaba de una rosas silvestres que enmarcaban la puerta de la entrada.
Avanzó con cautela.
Al fondo de la cueva una fogata proyectaba sombras espectrales en la pared de piedra, sobre ella un caldero hervía algo maloliente que una anciana revolvía con constancia.
Cuando esta se giró a mirarla pudo reconocer su rostro macilento, sus ojos inyectados, su verruga, su fealdad…
-Qué Quieres?- le espetó con todo de desprecio.
-Beber-
-Sabes lo que hay acá-
-Si-
-Y sabes lo que te hará si no estás lista?-
-Me alejará para siempre de mi camino y nunca podré encontrar el regreso en esta vida-
-cuál es mi nombre?-
-Baba Yaga-
Cuál es el tuyo?
-Ganga Mata-
-Te conozco-
-También yo-
-Estás más grande-
- Y tú más fea-
-Te asusta?-
-Ya no… me enorgullece-
-Quieres preguntarme algo antes de beber-
-Sí. Nunca tuviste miedo en cada decisión y cada cambio?-
-SIEMPRE-
-Entonces estoy lista-
Tomó el cuenco que la mano arrugada de piel verdosa le extendía, la bebió de un sorbo.
Era un acíbar denso, pesado, lento que se arrastraba por su garganta en un fuego agónico, pero al llegar a sus entrañas se volvía una ambrosía dulce que se volcaba en su sangre restaurándola,
“LA VERDAD” siempre le producía el mismo efecto, al devolver el cuento una mujer bellísima se lo recibió con una sonrisa, ella sonrió
-Te dije que estaba orgullosa-
La bella Babá Yaga la miró con orgullo.
La Que Camina En Sombras retornó el camino sintiendo aún el peso del líquido en su sangre y la felicidad de haberse visto.
Llegó a un claro del bosque, un árbol gigantesco se erguía en medio del camino, casi seco, ahogado por una enredadera que lo trepa hasta alcanzar las nubes.
La enredadera extiende una rama, rodeándola, y mueve sus hojas como observando a la caminante.
-De dónde vienes?-
-De la cueva-
-Y a quién has visto?-
-A mí-
-A dónde crees que vas?-
-A encontrarme con quién seré-
-Y quién serás?-
-Aquella que elija ser…-
-A qué precio?-
-Al que sea necesario, siempre que me deje en paz con mi ideal de mi misma-
-Estás Segura?!-
y dicho esto empezó a envolverla, constriñéndola hasta ahogarla, hasta quitarle la respiración, hasta dejarla al borde del desmayo…
hasta comprobar si era cierto que para ser quien quería ser estaba dispuesta a jugarse todo lo que era.
Una voz surgió del fondo del bosque, cantando un estribillo atávico
“Si medicina, cúrame
si eres veneno, mátame”
Y ella empezó a pensar en qué radicaba la diferencia, qué hacía que fuera una cosa o la otra…
ELLA!!!. Y el modo en que ella elegía vivirla.
La enredadera la dejó caer por tierra. Cuando intentó levantarse, notó que sus piernas, como varias otras partes de su cuerpo, se habían secado como sarmientos de enredadera…
Los miró entre horrorizada y feliz.
Cortó unas ramas de la trepadora y empezó con ellas un fuego, cuando las maderas se hicieron brasas arrancó con sus propios dedos los pedazos secos hasta la carne misma y los arrojó a la hoguera…
Ahora debería tenderse a los pies de la enredadera a soñar, hasta que crecieran las partes nuevas.
Cuando abrió los ojos un mar de girasoles la rodeaba. El sol les caí a pleno y desprendía de ellos ese aroma rustico y graso que los caracteriza. Sin embargo los girasoles la miraban a ella.
La Que Camina En Sombras sonrió como un niño que acaba de despertar en navidades…los amaba tan profundamente, eran más que una flor , eran una poesía tridimensional que celebraba la vida, el sol, la fuerza.
Por jugar, por dejar que esa niña que se sentía saliera de paseo ensayó un “Hola” entusiasmado.
Un coro de girasoles le respondió en el mismo tono
-“HOLA”-
Se detuvo un segundo asombrada y luego estalló en carcajadas…y junto con ella todos los girasoles.
Se incorporó para verlos mejor…la extensión de girasoles se perdía de la vista en todos direcciones…un universo de girasoles…un mar amarillo sol.
Se volvió a sentar y dijo con todo feliz
-TE AMO-
Y el coro respondió al momento
-TE AMO-
-SOS INVALUABLE-
-SOS INVALUABLE-
-TE RESPETO-
-TE RESPETO-
-TE BENDIGO-
-TE BENDIGO-
Y qué pasaría si quisiera más?…
Si no sólo quisiera escucharse en ellos sino Escucharlos
-TE ESCUCHO-
-“El momento de la consagración ha llegado al punto en que todo el camino recorrido cristaliza en forma y acto.
Todo el poder, toda capacidad y toda la sabiduría se concretan en un punto en el centro mismo de tu Ser Energético.
Todos los aspectos de tu vida están integrados y potenciados con la energía de tus guías que es tu energía.
Eres el sol femenino que ilumina las nuevas consciencias para la trascendencia y el reencuentro de las almas con su misión de luz.”-
La emoción la embargó hasta hacerla vibrar.
Se dejó mecer por el silencio mientras los girasoles eran mecidos por la brisa estival.
Se puso de pie despacio.
El gran búho blanco se recorta en vuelo sobre el paisaje soleado en línea recta hacia ella, lo vio llegar llena de confianza. Se posó en su hombro y ella lo miró comprendiendo.
El giró su cabeza hacia ella y le dijo
“Retener” no es “Prever”
“Desconfiar” no es “Precaver”
“Amar” no es “”Ensordecer”
Para cuando desplegó sus imponentes alas blancas era ella misma que alzaba vuelo…
Majestuosa, Imponente, Poderosa.
NAMO VAH
Autora: Sri Ganga Mata
(Todos los Derechos Reservados)