Roma, la ciudad eterna, la ciudad de las siete colinas… Siempre que pienso en una escapada pienso en Roma, no sé por qué, pero para mí es la ciudad más bonita que he visitado, con el permiso de Florencia, Paris, Londres… Roma me devuelve a mi esencia, me recarga las pilas y me hace volver a vivir. Pero, ¿qué tiene Roma que tanto me gusta? Podría decir todo y no mentiría, sus calles, su comida, su luz y, evidentemente, su arte. Toda Roma es un museo, puedes perderte por sus calles y siempre encontrar y descubrir cosas que no habías visto en otra visita.
Roma, aparte de ser la cuna del Imperio Romano lo es también del barroco, y, cómo no, de la religión católica. Recordemos que el pequeño país del Vaticano está dentro de su territorio. Infinidad de iglesias albergan en su interior verdaderas joyas. Desde el Moisés de Miguel Ángel hasta el Éxtasis de Santa Teresa de Bernini, pasando por San Carlino alle Quattro Fontane de Borromini. Vale la pena unas vacaciones de 5 o 6 días en Roma. Con un poco de planificación se pueden visitar bastantes cosas, aunque siempre saben a poco. Una opción sería dedicar todo un día a la Roma romana, el Colosseo, el foro, etc. Otro día se puede dedicar a contemplar las obras del barroco, visita obligada y de todo un día es el Vaticano, el problema es que el Vaticano está demasiado masificado y puede llegar a ser agobiasnte cómo nos pasó a nosotros en la última visita. El problema radica es que ir a Roma y no visitar la Capilla Sixtina y la Piedad es como un día sin sol (aunque siempre sirve de excusa para volver otra vez).
Pero sigamos con nuestro recorrido… Ya hemos visto la Roma romana y la barroca, no nos perdamos un paseo a la orilla del rio y una visita al Trastevere, el lugar con más encanto de Roma con infinidad de sitios para degustar su gastronomía. Vale la pena también, una visita a las catacumbas cristianas, sin duda no os va a dejar indiferente. Y, claro, como no… No podemos irnos de Roma sin visitar la Fontana di Trevi, la Piazza Navona, el Panteón o la Piazza España, entre otras cosas. Si os gustan los helados cometeríais sacrilegio si no probarais en Roma, son deliciosos. Hay una heladería justo en una esquina de la Fontana di Trevi que hará las delicias de los más golosos.
Un lugar dónde también merece la pena perderse es en los jardines de la Villa Borghese, en ella se encuentran muchos museos entre ellos la Galeria Borghese y el Museo Etrusco. Por cierto Galeria Borghese la tengo pendiente, sacar las entradas por internet o no vais a poder visitarla, eso nos pasó a nosotros esta última vez en Roma.
Perderse por Roma al atardecer es una auténtica gozada, si se tiene la suerte de poder ver una puesta de sol ya es el no va más. Nosotros tuvimos la suerte de verla a orillas del Tiber. Y si hay lluvia y aparece un arcoíris, es una imagen para no olvidar. Ciudad de ensueño que nunca deja indiferente y con ganas de volver. Espero que tengáis tantas ganas cómo yo de volver si ya habéis estado sino, de visitarla por primera vez.
Imagen extraída de :https://www.roma-tours.es/