Muchos solo piensan en que lleguen las vacaciones de verano para tumbarse a la bartola y descansar en una playa. Ya sabemos... mar, chiringuito, niños y alguna excursión con la familia. Otros, sin embargo, observan como sus hijos van creciendo y se preguntan si cuando se hagan más mayores querrán viajar con ellos. La respuesta es fácil, lo más probable es que no.
Para los que todavía tienen ese espíritu aventurero y les gustaría hacer un viaje inolvidable con sus retoños, es el momento de planificar ese viaje soñado. Una opción singular, y apasionante, es conocer el emblemático norte de Noruega. Hablamos de poder ver la aurora boreal, ese espectáculo de luces en el cielo que aparece en las noches despejadas del círculo polar ártico o del sol de medianoche que te obligará a llevar gafas de sol de mayo a agosto. Dicen los paisanos de la zona que esa es la causa del buen humor que tienen durante todo el verano. Aquí dispones de excelentes medios de transporte, cómodas opciones de alojamiento y un montón de planes de invierno divertidísimos, como por ejemplo los trineos de perros.
Pero además, el norte de Noruega cuenta con espectaculares mamíferos como las ballenas, morsas, focas y osos polares. La más grande del mundo, la ballena azul, es fácil observarla desde tierra o desde un barco.
Hay varios destinos fantásticos en Noruega, pero destacan Cabo Norte, el punto en tierra firme más septentrional de Europa en la provincia de Mageroya, donde hay escarpado acantilado con vistas de 180 grados al norte y que cada año recibe más de 200.000 visitantes y, por supuesto, el espectacular archipiélago de Lofoten, uno de los más bonitos del mundo con sus montañas, playas y extensas tierras vírgenes. Es una buena ocasión para conocer las costumbres del pueblo sami, que vive de forma tradicional y sin fronteras entre Noruega, Finlandia y Rusia. Más detalles en visitnorway.es.
Lofoten: pura historia vikinga
Una visita a este archipiélago nos imbuirá de lleno en la historia vikinga. Según Lonely Planet su museo de Lofotr es uno de los mejores lugares para retroceder 1.000 años y aprender sobre la historia vikinga. Destacan sus preciosos pueblos pesqueros y la oportunidad de alquilar las auténticas cabañas de pescadores, sus excursiones para ver aves marinas en Trollfjorden, paseos en los peludos caballos para ver la aurora boreal en Hov Gard o rutas en kayak, bicicleta e incluso esquíes. Pero además se pueden alquilar barcos, ir a pescar y, para los más valientes, hacer cursos de buceo y snorkel.
Costa de Helgeland
Esta ruta turística se conecta con seis trayectos en ferri y está llena de contrastes. Exuberantes paisajes, glaciares, costas y corrientes marinas. La costa de Helgeland se caracteriza por su excepcional archipiélago con más de 14.000 islas e islotes. En esta ruta podrás pasar por el monte Torghatten, con un agujero que lo atraviesa de lado a lado. Desde aquí podrá ir en ferri o barcos rápidos que te llevarán a las islas circundantes, entre las que destacan las islas Vega, patrimonio de la humanidad desde 2004.
De Senja a Tromso, la 'París' del Norte
Senja es la segunda isla más grande de noruega, con pequeños pueblos pesqueros y aldeas que se establecen en estrechas franjas de tierra entre el mar y la montaña. En esta ruta pasarás por Husoy y Bergsbtn hasta llegar a Tromso, la capital del ártico, denominada la París del Norte por su mezcla ecléctica de vida urbana y cultural donde se realizan exposiciones y festivales internacionales durante todo el año. Su centro se conserva intacto tras el paso de los años, con sus antiguas casas de madera y los edificios con más historia de la zona. Son especialmente llamativos los conciertos de medianoche en la Catedral del Ártico.
Una gastronomía curiosa
La comida del norte de Noruega se caracteriza por tener excepcionales ingredientes locales, como el bacalao ártico, que en los meses de enero y febrero viene a desovar y con lo que se preparan suculentos platos de carne, hígado y huevas. Pero si algo llama la atención en su gastronomía es el cangrejo real, introducido en los años 60 por los rusos y que se ha desplazado hasta el Cabo Norte, convertido en unos de los grandes manjares de la zona. Una carne muy poco común para nosotros es el reno. Allí es muy apreciada y la consumen estofada o seca en finas rodajas, incluido sus corazones. Para los postres su protagonista indiscutible son las moras de los pantanos, con las que se hacen tartas y cremas.
Próximamente os hablaremos de lo mejor de Noruega con niños, tomando en nuestro viaje como campamento base la capital, Oslo.