A Eleodora Corrales, porque no es madre solamente la que da a luz
La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino que anhelamos ser.
No hay nada más fecunda que la ignorancia de sí misma.
Ciencia es todo aquello sobre lo cual siempre cabe discusión.
Ortega Gassett…
A veces me pregunto que a dónde iríamos a parar si no hubiera mentes claras que se hayan puesto a pensar sobre este mundo absurdo, sin rumbo, en que vivimos todos. Y que luego nos comunicaran sus locas conclusiones. Y aunque pareciera paradójico para no decir contradictorio, es lo que le otorga cierta coherencia, sentido y cordura a nuestras vidas y a nuestro mundo también.
Ambos nacieron en el siglo XIX pero hicieron sus obras en el siglo XX. Aunque tuvieron grandes diferencias en cuanto a la manera de ver las cosas, ambos le conceden suma importancia a la reflexión sobre la vida humana y los problemas de la existencia. Y como afirmó José Sobrino Diéguez: “Los dos pensadores españoles divergían fundamentalmente en cuatro puntos: el personalismo, la poesía, España y la mística.”
Nace en Madrid el 9 de mayo de 1883, su progenitor José Ortega Munilla y su madre Dolores Gasset. Era el segundo de cuatro hermanos, dos hombres y una mujer. Se le suele presentar como filósofo y ensayista español y yo agrego futurólogo. Principal exponente del Perspectivismo y de la Razón Vital (Raciovitalismo e histórico, situado dentro del movimiento Novencentista).
Ortega y Gasset perteneció a una familia de la alta burguesía madrileña. Estudió en el colegio Jesuita San Estanislao de Kostka en Málaga. Su abuelo gallego, fundó el periódico El Imparcial cuyo director llegaría a ser su padre. Se crió en un entorno culto relacionado con la política y el periodismo.
Durante sus años de formación fue un asiduo estudioso de Nietzsche y al concluir sus estudios formales en España, recorre diversas partes de le geografía alemana en viajes de estudios (1905- 1907). Entre otros lugares: Leipzig, Nuremberg, Colonia, Berlín, y mayormente Marburge. En Marburge recibe las influencias del Neokantismo, de Hermann Cohen y Paul Natorp. Entre otros.
De vuelto en España se emplea como profesor de sicología, lógica y ética de la Escuela Superior del Magisterio de Madrid (1909) y en 1910 asume la cátedra de metafísica de la Universidad Central de su ciudad natal.
En 1917 es colaborador del diario El Sol. Allí en forma de folletones pública: España Invertebrada y La Rebelión de las Masas. En 1923 funda la revista Occidente y la dirige hasta 1936. Desde esta plataforma procurará las publicaciones de traducciones y comentarios de las más impotentes tendencias filosóficas y científicas de la época de nombres como: Oswald Spengler, Johan Huizinga, Edmund Huserl, Georg Simmel, Jacob von Uexkull, Heinz Heimsoeth, Franz Bretano, Hans Driesch, Ernst Müller, Alexander Pfonder, Bertrand Russell…
Tras negarse a firmar ciertos documentos durante el período de la República (aunque terminó firmando una síntesis) y habiendo sido constituyente de la Comisión Constitucional, se vio obligado a huir de su patria. Este exilio lo llevó a Francia, Holanda, Alemania, Portugal y Argentina.
A partir de 1914 regresa a España con frecuencia, pero sin tener mayor participación ya.
Uno de sus libros de mayor revelación es La Rebelión de las Masas (1930)
Sinopsis
Es el libro más importante y conocido de Ortega y Gasset, así como un clásico del pensamiento en lengua castellana. En él, aspectos sociales, filosóficos, políticos y morales se vinculan de tal modo que es difícil aún hoy en día permanecer indiferente. Masas, técnica, liberalismo, unidad europea o pacifismo son algunos de los temas que recorren la obra y, en su análisis, pasado, presente y futuro se confunden. La Rebelión de las Masas disecciona su tiempo y con ello, nos permite entender el nuestro.
Tomado de Internet
Para Ortega y Gasset, ser “normal”, homogéneo, estar satisfecho con lo que se sabe, conformar o conformista,es ser masa. Y ser masa, aunque insinúa una élite de Happy few, o una minoría selecta, no necesariamente indica que se es de clase social inferior. El hombre masa no profundiza parece que tampoco elabora. Afirma que hay masa a todo nivel de la pirámide social. También afirma que siempre ha existido la masa pero que hoy (primera mitad del siglo xx) la masa prolifera y quiere invadir los espacios que le son vedados, lo cual no sería malo, siempre y cuando el hombre masa dejara de serlo. La masa además quiere gobernar y eso es peligroso porque la masa es fácilmente manipulable “por un hábil titiritero.” Como solíamos decir en Costa Rica, ”¿Dónde va Vicente? Donde vaya la Gente.”
Ortega pensaba que no había verdaderos filósofos en España. Se veía deslumbrado por la cultura y filosofía alemana. Como Bentham, creía en la utilidad de las cosas. La literatura, que otra utilidad tenia sino estética. ¿Y el aspecto mercantil? En fin seguía por el antiguo sendero de Idealismo vs. Realismo, Sujetivismo vs. Objetivismo
Mi experiencia personal
Durante mi adolescencia trabajé en una fábrica artesanal de dulce y pasteles. Los patrones eran Francisco González y Esmeralda Clark. Me correspondía repartir la mercadería y tenía que ir a Heredia y Cartago y me aburría mirar el paisaje durante tanto tiempo por lo cual siempre llevaba un libro conmigo.
Tenía un amigo cuyos hermanos mayores estaban haciendo Humanidades en la universidad. Un día les escuché discutir acaloradamente en torno a un libro. El texto era La Rebelión de las masas. Interesado logré que me prestaran el libro en cuestión. Me di a la tarea de leerlo. Claro que hubo partes que no entendía pero me gustó y de allí aprendí a cavilar entorno a asuntos simples y cotidianos. Para mi, esa es una de las virtudes de José Ortega y Gasset. También me impactó la precisión de sus predicciones sobre el futuro de Europa. Por eso para mi fue un futurólogo. Y desde entonces hasta hoy no me he bajado de ese patín, de esa conversación con don José.
Un día alcancé a oír el siguiente diálogo entre don Paco y doña Lala…—Vieja con quien habla Franklin?... —Con él mismo, viejo…—Ese muchacho esta loco de atar, vieja…—No, todavía no me preocupo. Hasta que empiece a contestarse solo, entonces sí…—¡Cómo no se va a desquiciar si a su edad lo vi leyendo a Ortega Y Gasset!... —¿Y esos quiénes son Viejo?... —No importa, Vieja. Voy a hablar con él…
Y en efecto, don Paco se me acercó e iniciamos un diálogo que se prolongó durante muchos años. Es más, seguimos hablando hasta que se despidió definitivamente de todos, me hablo de la Monarquía española, de la República, de la Guerra Civil, del Gobierno en el Exilio en México, de la Pasionaria, de Chavela (Carmen Lyra), De don Jorge Volio, del Partido Reformista, de Ángela Davis, de los Beatniks…
Arte y Palabra