Los hábitos alimenticios comienzan en los primeros años de vida. La lactancia materna no sólo contribuye a un crecimiento sano, también reduce el riesgo futuro de padecer sobrepeso, obesidad y enfermedades no transmisibles. No obstante, los hábitos alimentarios cambian a lo largo de la vida y no siempre van encaminados en la mejor dirección, cada vez se consumen menos frutas y verduras y más alimentos hipercalóricos, Las grasas saturadas, grasas trans o el exceso de sal es una constante en nuestros días.
Las necesidades nutricionales no son las mismas para todo el mundo, difieren según la edad, sexo, talla, si se practica o no ejercicio físico .... Pero en líneas generales hay una serie de recomendaciones iguales para toda la población:Las calorías que ingerimos a lo largo del día tienen que ser proporcionales al gasto energético, el consumo de grasas no debe superar el 30% de la ingesta calórica total para evitar aumento de peso y el de azúcar no debe sobrepasar el 10%.
Comer verduras y frutas a diario (quién no conoce la campaña publicitaria de 5 al día)Evitar el consumo de grasas en general y en particular el de grasas saturadas (helados, embutidos, carnes grasas....) El uso de aceite de oliva para cocinar evita la formación de grasas trans.Reducir la cantidad de sal (la OMS recomienda no sobrepasar 5 gramos de sal al día) Para concluir, sólo deciros que la comida no sólo es una necesidad, a veces puede convertirse en una auténtica adicción y la comida basura va encaminada a fomentar esta adicción.
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