Cuatro años después de que se constituyera la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, un 16 de febrero de 2013 surgía en Palencia, en la Sala pequeña de la Biblioteca Pública, esta Plataforma.
Las cosas no surgen porque sí, hay una necesidad social ampliamente demandada, un cúmulo de circunstancias en torno a una problemática, alguien que conoce a alguien y se decide organizar un acto con gente de la Plataforma de Burgos, donde llevaban un tiempo funcionando como tal y estaban consiguiendo dar pasos en la buena dirección. Un grupo de cuatro personas que de forma altruista se desplazaron a nuestra ciudad para compartir la experiencia de lo vivido. Un gesto de generosidad típico de los movimientos sociales.
La política desde una perspectiva de izquierdas tiene que utilizar la presencia institucional como medio. Nuestro sitio es la movilización social, es estar con la pata de la calle activa y fomentar el poder popular para que este controle la política. No hay que tener miedo a que la ciudadanía sea la protagonista política de su vida, al contrario, lo que hay que hacer es huir de los salvapatrias y personas que creen tener más poder de forma individual que las Asambleas. Este ha sido uno de los aprendizajes de la Plataforma, el sólo no puedes, con amigos sí de la bola de cristal se ha convertido en una realidad que hay que aprender haciendo. Somos seres sociales que necesitamos la colectividad para todas las cosas. La PAH ha sido el nuevo paradigma de movimiento social donde un grupo de personas ha aprendido a autoorganizarse para reivindicar lo justo por encima de lo legal, ha aprendido qué es la dación en pago, de qué forma se consigue, cómo se renegocia la deuda, …
Comprobar que los problemas compartidos son menos, que las artimañas de las entidades financieras no han sido distintas contra la mayoría de la población que ha tenido problemas con la hipoteca. La pérdida del empleo, la desaparición de un negocio, la enfermedad de algún miembro de la familia, avalar la casa de un familiar, se han convertido en trampas en las que el sistema se ha movido de forma cruel para generar historias lamentables que no tendrían que haber sucedido.
Las víctimas, de un sistema montado para defender a los fuertes y ser tremendamente cruel con los débiles, se sentían responsables de no haber podido pagar su deuda. La superación de la vivencia de culpabilidad es una de las victorias de colectivizar esta problemática. Hay factores estructurales que generan determinadas incompatibilidades entre la Constitución y la realidad. Un artículo 47 que garantiza el derecho a una vivienda digna que es incumplido de manera flagrante.
La PAH nos ha enseñado de qué manera las personas pueden enfrentarse a los problemas políticos, nos ha enseñado que se pueden poner las problemáticas de vivienda encima de la mesa, a pesar de que las soluciones institucionales sean incapaces de atajar este problema, entre otras cosas porque el mundo viejo es incapaz de solucionar los problemas nuevos y trata simplemente de eliminar la reivindicación sin atajar el problema. Hay que utilizar las instituciones para llevar las necesidades de la ciudadanía a ellas pero tenemos que involucrarnos para que estas soluciones se satisfagan. Cuándo alguien te ayuda no puedes quedarte en casa, cuando solucionas tu problema, quedan otros pendientes a los que puedes aportar tu experiencia. Generar nuevos protagonismos entre la ciudadanía y reivindicar la lucha social como medio para solucionar las cosas.
Nos ha ensañado la necesidad de organizarse, de cómo acoger nuevos casos, de reivindicar derechos en lugar de tener que mendigarlos, nos ha enseñado nuevas fórmulas para que los representantes institucionales obedezcan a sus representados. Nos ha enseñado que en un sistema construido contra las personas es muy importante ser antisistema. ¡Que sí se puede, pero no quieren!