Cada vez me afianzó más en la convicción de que esta autora va a tener una larga carrera literaria, y eso que no soy una incondicional del género y que suelo leerlo con mis reservas. Sin embargo hay algo en esta autora que me convence, y que seguro que me llevará a leer lo que publique sin oponer mucha resistencia a ello. Gran parte de la culpa reside en las evocadoras portadas que Plaza & Janés selecciona para sus novelas.
En que creo que radica la diferencia es muy sencillo. En la soberbia ambientación que cuida al detalle, en la cuidada caracterización de los personajes, cada uno de ellos con un caracter distinto y con una forma de hablar diferente. En la sensualidad que destilan sus novelas y su bella prosa. Es narrativa para adultos, con una cuidada edulcoración y sin pasarse de la raya para que no resultemos empachados.
Tengo que reconocer que esta su primera novela me ha impactado menos que la segunda, vi a la autora mucho más suelta en Lecciones de seducción, y si se me apura mucho más fresca. Vuelve a ambientar sus novelas en la época de regencia, y tiene a la clase alta como protagonista, por lo tanto son habituales las residencias fastuosas, los vestidos de ensueño, los bailes y recepciones, las reuniones de mujeres chismosas y el poder de los hombres sobre el sexo que ellos se empeñan en llamar débil y con cuya afirmación no estoy de acuerdo. Sin embargo en aquella época era lo más normal gozar de la protección masculina y que en el tema amoroso ellas tuvieran poco que decir y la iniciativa siempre fuera masculina. Topico con el rompe en las dos novelas que he leido Emma Wildes.
En este ambiente nos encontramos a dos calaveras conocidos de la sociedad londinenses. Dos hombres guapos y atractivos, antagonistas en carácter e irremediablemente amigos. Dos hombres que por su poder, lease titulos nobiliarios y sus riquezas, pueden permitirse escandalizar a la buena sociedad londinense y salir impunes por ello, ya que cualquier madre con hijas casaderas sueña con que sus pupilas puedan llegar a adquirir una situación tan ventajosa.
A ambos la palabra amor, compromiso o matrimonio, les provoca un tremendo sarpullido, por ello huyen de las jovencitas inocentes y casaderas, y disfrutan en brazos de mujeres maduras, amantes ocasionales a las que ponen punto y final. Sin embargo nadie está libre de que cupido les clave sus flechas y Dereck el angel de esta historia lo comprueba en sus propias carnes cuando lee en el periodico el compromiso matrimonial de la mujer a la que ama con otro hombre.
La impresión es tan fuerte que se emborracha junto a su amigo el duque diábolico y ambos pergueñan una apuesta que hacen pública sobre quien es mejor amante. Tras una fuerte resaca ambos se arrepienten de la bravuconada, se han vuelto a poner en el disparadero y la marcha atrás es impensable. Tamaña desfachatez les provoca un quebradero de cabeza importante necesitaran una juez imparcial, y sabe dios que no va a ser fácil de encontrar.
Con lo que no contaban ambos es con que la juez se ofreciera ella misma, que fuera una persona intachable y que les pidiera discreción. La fría Carolyne Wynn ve en la apuesta una forma de dilucidar sus temores, es tan frigida como su difunto marido afirmaba?.
No voy a negar que hay azúcar porque es imposible que no lo haya, sin embargo a mi me parece que lo hay en su justa medida. Si te apetece saber que ha pasado con la apuesta, y con estos tres personajes deberias adentrarte en sus páginas, el fino erotismo no esta ausente, y comprobarás que la moral victoriana de virtudes públicas, vicios ocultos, imperaba en la alta sociedad de la época.
Personajes
Lo bueno de Emma Wildes es que no se dedica sólo a retratar a la alta sociedad, también da protagonismo a los sirvientes y si bien no los dibuja con tanto mimo, les da su pequeño papel. Sin embargo aunque al principio pudiera parecer que los protagonistas iban a ser los dos hombres, un duque moreno y un conde rubio con ojos azules, finalmente la historia que se impone es la del duque de Rothay y la fría y gélida Carolyne Winn.
Un pequeño pero en tanto embelesamiento, y es que al final no ha sabido huir de los topicazos, ambos hombres son wapisimos, uno moreno con ojos oscuros y pelo rebelde, el otro rubio con ojos azules y sonrisa angelical. Sus motes en sociedad el duque diábolico y el angel. En las primeras páginas repite hasta las saciedad sus descripciones de forma que nos meten en la retina, y terminó por cansarme un poco. Superado este escollo, disfruté plenamente de la lectura, de la caracterización de sus personajes y del entorno en el que se desarrolla la novela.
Nickolas Mannig... el duque diabolico, detrás de una fachada superficial se esconde un hombre carismático, sensible, romántico en exceso, buen conversador, imprudente, conocedor de sus deberes como duque, pero dispuesto a retrasar lo máximo posible su matrimonio. Quiere que este sea por amor. La lección que recibirá trastornará su mundo de tal manera que no podrá eludir por mucho tiempo ese deber.
Dereck Drake, conde de Manderville, nuestro cautivador rubio. Desde muy joven ha atendido al igual que Nick los deberes de su status social. Bajo la tutela del hermano de su padre, se enamora de la joven pupila de este, una muchacha joven a la que conoce desde que es una niña. Su miedo al matrimonio hace que intente alejarse de ella, y que vea con frustración como se promete con otro hombre. Incapaz de soportar su infortunio y tras una descomunal borrachera lanza un desafio a su amigo, tan imprudente y alocado como él. Sin embargo despues de la resaca se da cuenta de que lo único que ha hecho es empeorar las cosas. Annabel esta más lejos de el que nunca. Luchar por recuperarla es su único sino a partir de ese momento. Y contará con una aliada de excepción.
Carolyne Wynn. Una mujer fría y distante, gélida con los hombres. Ella se propone como juez en esa apuesta tan indecente. Tiene mucho que perder si llegara a salir a la luz el arbitraje, su reputación social, y mucho que ganar, su paz interior. Viuda de un hombre que la maltrató fisica y sicologicamente, hija de un hombre que no la tuvo en consideración, su opinión de los hombres no es muy positiva. Sin embargo desea desembarazarse de las acusaciones que su difunto marido le hacía. Bien situaciada económica y socialmente no piensa en el matrimonio y piensa que es capaz de salir indemne de la apuesta. Sin embargo se demostrará que no es ni tan fría, ni tan gélida ni sus actos pueden no tener repercusiones. Es el personaje que más evoluciona y a mis ojos el más humano. La vemos sufrir, desnudar su alma, difrutar, reir, ilusionarse... Un personaje muy completo, pero tambien cae en el topico es castaña cobriza y con ojos plateados. Un buen partenair para el duque no creeis.
Annabel Reid es una joven que ha vivido desde los ocho años bajo la tutela de Thomas Drake, tio de nuestro angel, desde muy niña se ha sentido fascinada por Dereck, en cuanto tuvo edad se enamoró como una colegiala y se sintio correspondida con un beso que inflamó su deseo, para caer de su castillo de naipes ese mismo día cuando sorprendió al objeto de su adoración con otra mujer. A pesar de todos los intentos por olvidarlo, lo tiene alojado en lo más dentro de su corazón, su única esperanza, la distancia y casarse con otro hombre... Llegará a hacerlo?. Por supuesto nuestra chica es rubia y con unos poderosos ojos azules
Entre los sirvientes destacaría a Huw el cochero de Carolyne, su gran humanidad a veces impresiona.
Ambientación
La novela se desarrolla en dos ambientes diferentes. En el populoso Londres y en la campiña inglesa. En el Londres victoriano la pompa y el boato imperaban, los bailes en sociedad como escaparate para conseguir un marido ventajoso. Los suntuosos vestidos de noche y de día, las joyas, los chismorreos. Las envidias mal disimuladas. Y también los salones masculinos, donde se hablaba de política y se aireaba algún que otro escarceo amoroso, sin mencionar jamás a la dama en cuestión.
Se describen ciertas estancias de la casa londinense de Nicholas y Dereck, con decorados muy masculinos como corresponde a hombres solteros y con responsabilidades. Y tambien de la casa de Carolyne, el contrapunto por la femenidad que destila, ya que despues de la muerte de su marido la redecoró a su gusto
Tambien pone hincapie en la residencia campestre del duque en Essex, descrita con mimo y profusión y de la residencia de los Drake donde vive Annabel, con Thomas y Margaret, sus tutores. Pone de manifiesto en que se entretenian las damas, los tés y las veladas musicales tienen su espacio, también los preparativos de una boda.
La diferencia de clases como medio de resaltar la humanidad de una persona a la que conocen superficialmente y que es capaz de obviarla para hablar de tu a tu con una persona de clase inferior pero amante de una misma afición, los caballos. Si alguna vez se ha hecho patente el dicho que las apariencias engañan es en esta novela.
Impresión final.
A pesar de los tópicos que si los había me pasaron más desapercibidos en su segunda novela, esta me ha parecido igual de deliciosa, de bien narrada y de bien llevada. Emana una gran sensualidad, y delicadeza que impregna el ambiente.
Si no has probado con la autora, quizás sea el momento de empezar. Si ya la conoces seguro que te atrae leer algo más de ella. Se que tiene dos novelas más al menos traducidas al castellano, lo que me para es que forma parte de una saga y no me gusta saber que tengo que esperar a que salga el siguiente libro.
Pero a pesar de todo se que volveré a repetir con ella, se que volveré a adentrarme en su mundo. Su forma de hacer novela romántica es diferente y el romance tiene tanta importancia como la ambientación histórica.