Nos enseñó nuevas maneras de percibir el mundo, requisito número uno para estimular la creatividad. Hay que estar muy abierto a las sensaciones que nos rodean, el filón creativo puede estar delante tuyo y no verse :) A través de experiencias sensibilizadoras Rafa Armero consiguió que los asistentes percibiésemos hasta el olor de un lápiz, recordar de qué color estaba hecha el pomo de la entrada de su estudio (detalle que cualquiera hubiese soslayado con una manera de experienciar la vida habitual).
Dejo una foto del esquema de la charla-taller:
Un placer haberte conocido, Rafa!