Una de las máximas cuando gestionamos el perfil de una marca en las redes sociales es que el Community Manager es alguien totalmente anónimo. Incluso cuando la conversación es mediante mensaje privado es probable que éste no firme con su nombre y apellidos. Y aunque en esto consiste el artificio, yo me pregunto: ¿Hasta qué punto debemos hablar sólo en nombre de la marca? La respuesta está en el networking. En este terreno, llevar esto del anonimato al extremo te puede conducir a situaciones tan curiosas como la que viví cuando conocí a Salvador Puig. Cuando él contactó con la marca de la que soy CM, entablamos una conversación vía mensajes directos en la que yo le facilitaba el correo de la persona encargada de organizar talleres en la empresa. Dado que esto no lo hacemos habitualmente decidí, por seguridad, eliminar toda la conversación. Esto obligó a Salvador a contactar con nosotros de nuevo ya que los mensajes “se habían borrado” y no había podido apuntar el correo que le había dado. Con todo este jaleo tuve que explicarle el porqué había borrado los DM’s y, en consecuencia, porqué hacíamos una excepción en su caso, lo que se convirtió en una situación aún más surrealista si cabe: Yo (en nombre de la empresa): Si te preguntas como es que te facilitamos un correo directo es porque yo te sigo desde mi perfil personal y he recomendado que hablaran contigo. @SalvablogPuig: ¡Muchas gracias! ¿Y sería mucho pedir saber quién eres en ...