Una buena actitud habitando las asanas

Por Unrespiro @UnrespiroEs

Cuando estés habitando una asana centra la mente, siente y visualiza la zona que estás trabajando, conecta con tu respiración, no dejes nada al azar, no te distraigas, permanece atento y a la escucha de lo que está sucediendo en tu organismo y ¡disfruta de este instante en el que estás vivo y saludable!.Enfadarnos con nosotros mismos por encontrarnos donde estamos en una asanas, por encontrarnos con nuestras limitaciones, no es una buena actitud. Esto tan sólo alimentará nuestra frustación y reforzará nuestros límites. Si luchas contra ellos, sólo conseguiras que sigan tal y como están. Pero si los aceptamos y reconocemos, podremos comenzar a trabajar desde ellos sin tensiones y con las capacidades que en ese momento tenemos la mejora no se hará esperar.Las asanas son posturas que se ejecutan de forma fluida y controlada. En ellas intervienen:

  • El dominio muscular
  • El ritmo
  • La respiración
  • La concentración
  • El equilibrio mental y físico
  • La paciencia

Cuando se empiezan a trabajar las asanas, lo habitual suele ser forzar y querer ir muy rápido en ves de dejar que el cuerpo se vaya abriendo a su propio ritmo. Pero es mucho mejor confiar en el ritmo natural de las cosas, en el desarrollo progresivo en el tiempo.Si abrimos una rosa antes de florecer le romperemos los pétalos. Lo mismo ocurre con nosotros mismos, si apresuramos nuestro propio despliegue nos provocaremos más daño, que progreso.En las asanas deberemos:

  • Primero – observarnos para poder conocer nuestros límites, reconocerlos y adaptarnos a ellos.
  • Segundo – Trabajar desde el límite con paciencia y perseverancia, que es la manera de mejorar.

En las asanas nuestra mente se mantiene centrada, viviendo de lleno el ejercicio, la postura. Esto se convierte en una excelente práctica de adiestramiento en el momento presente, en la conciencia plena. Centrados en la asana, en lo que está ocurriendo ahora – en este mismo momento – ejercitamos el vivir enfocados en el presente, con todas las consecuencias positivas que este conlleva.Cada asana incide y profundiza el trabajo en una dirección concreta. En nuestro interior hay muchas capas de profundidad para las que estamos insensibilizados, pero sobre las que las asanas actúan. Por eso con la práctica continuada vamos percibiendo mayores y más profundas mejoras.La lentitud en la ejecución de las asanas está destinada a que tomemos plena concienda de lo que está ocurriendo. Nos sentimos centrados, despiertos, viviendo de lleno la asana, habitándola en totalidad.En las asanas es importante la suavidad en la ejecución ya que estamos movilizando nuestra energía interior. Gracias a la suavidad en la ejecución podemos dirigir el proceso , procurando que en cada momento se haga el movimiento justo y en el grado necesario para ir consiguiendo la postura. De este modo reforzamos nuestro sistema nervioso y desarrollamos una mayor y más profunda conciencia sobre nuestro cuerpo.
Ilustración de http://rojailustrada.blogspot.com.es/