Una buena alimentación; la mejor medicina

Publicado el 21 enero 2017 por Carlosgu82

Todos los seres vivos necesitan una fuente, un sustento de energía para sobrevivir y desarrollar sus actividades. Y nosotros, los seres humanos, necesitamos esa energía que obtenemos fundamentalmente de los alimentos que ingerimos. Pues son el pilar básico de nuestra vida. Sin agua ni alimentos un ser humano o cualquier otro animal no podría sobrevivir muchos días. Por lo tanto es tan vital como el aire que respiramos.

Pero, sin embargo, muchas veces tendemos a pensar que los alimentos únicamente son para obtener energía para nuestro día a día y sobrevivir, y eso, es tan sólo uno de los objetivos primarios de la alimentación, pero no el más importante. Los alimentos no solo nos proporcionan una fuente de energía si no que nos aportan muchísimas otras cosas dependiendo del tipo de alimento. Hay muchísima variedad de productos naturales que refuerzan nuestra salud. Alimentos con propiedades antibióticas, diuréticas, regeneradoras, que pueden ayudar también a la formación de tejidos y al equilibrio fisiológico, entre un larguísimo etcétera.

La madre naturaleza es sabia, y esto es sabido por todos. Es inteligente y sutil; y todo lo que el ser humano necesita para su salud y bienestar lo puede proporcionar ella, así como puede proporcionarnos lo peor para la misma. Por eso hay que saber elegir con consecuencia, y saber llevar una vida más o menos saludable según las posibilidades que se nos plantean.

Muchos medicamentos y fármacos, extraen sus propiedades de plantas y animales, de forma natural o lo crean de forma química, intentando imitar su estructura molecular en el laboratorio. Pero lo cierto es, que la mayoría de fármacos químicos que hay se pueden obtener de forma natural, con una potencia mayor y sin efectos secundarios para el organismo. Además, nuestro cuerpo fue diseñado en un entorno natural, aunque hayamos perdido la esencia como seres humanos, que provenimos de la más pura naturaleza y estemos adaptados a un entorno más bien “anti-natural”, sometidos a procesos químicos, contaminación e intoxicación del ambiente, no quiere decir que sea lo que nuestro cuerpo necesite. Siempre estará mejor preparado para digerir sustancias naturales, asimilará mucho mejor los nutrientes y las propiedades curativas que de forma química mediante una cápsula o un jarabe, por poner un ejemplo.

Por lo tanto, sí hay alimentos con propiedades curativas, capaces de curar enfermedades o ayudar a disminuirlas. Como se ha demostrado científicamente que hay alimentos anti-cancerígenos, ideales para combatir el cáncer, alimentos que son capaces de revertir la creación y el desarrollo y configuración genética anómala de las células cancerígenas.

El cáncer es una enfermedad presente a nivel mundial que se relaciona con la interacción de factores genéticos y hormonales y de hábitos de vida no saludables. Y para eso hay que revertir esos hábitos negativos por hábitos de vida saludable, empezando por una buena alimentación acompañada de deporte o ejercicio, que permitirá reforzar el estado físico de nuestro cuerpo y aprovechar los nutrientes que nos aportará la comida.

“Hoy en día existen evidencias científicas de alimentos con propiedades anticancerígenas, denominados alimentos funcionales, con compuestos bioactivos que tienen una actividad biológica dentro del organismo y que se traduce en beneficios para la salud”, explica Alberto Fernández Gutiérrez, director del Centro de Investigación y Desarrollo del Alimento Funcional (CIDAF) del Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud de Granada.

EJEMPLOS ALEATORIOS DE ALIMENTOS CURATIVOS:

El brócoli o brécol, es una hortaliza de flor, muy consumida en todo el mundo. Nos aporta vitaminas y minerales necesarios para gozar de buena salud.

Es un alimento con mucha cantidad de agua; más o menos un 90 %. Tiene macronutrientes como la proteína vegetal, los hidratos de carbono y un contenido muy bajo de grasa. Con un aporte de fibra bastante alto.

Los minerales del brócoli son: el potasio, el fósforo, el calcio, el magnesio, sodio, hierro, zinc y yodo. Y en cuanto a vitaminas nos aporta: vitamina C, E, niacina o B3, tiamina o B1, betacarotenos y folato o B9. Además de ser un muy buen antioxidante natural.

El brócoli fortalece nuestro sistema inmunológico y aumenta la resistencia ante infecciones. Es también un gran anti-inflamatorio al contener quercetina. Gracias a sus cualidades puede contribuir a prevenir la aparición de diferentes tipos de cáncer como el de próstata, estómago, mama, pulmón o colon. Entre muchas otras cosas.

El apio es una hortaliza que pertecene a la misma família que el hinojo y el perejil, pertenece al grupo de las verduras frescas. Al igual que el brócoli, es un alimento con un alto contenido en agua, de un 95% aproximadamente. Esto lo convierte en un alimento muy bajo en calorias, ideal en dietas hipocalóricas.

El apio contiene vitaminas A, B1, B2, B6, B9, C y E, minerales como el potasio, sodio, calcio, zinc, magnesio, hierro, azufre, fósforo, cobre y silicio, aceite esencial y fibra. Lo que nos proporciona un cantidad de enorme de beneficios gracias a sus propiedades antioxidantes, cardioprotectoras, anti-bacterianas, diuréticas, anti-inflamatorias, expectorantes, depurativas, sedantes, digestivas, inmunoestimulantes y analgésicas.

Y al igual que otras hortalizas con las mismas propiedades, el apio ayuda a bajar el colesterol y la hipertensión, además de ser beneficioso para el sistema cardiovascular.

El ajo es una planta habitual como ingrediente en muchas de nuestras comidas y está muy relacionada con las cebollas y los puerros, pero además de eso y mucho más importante, es un elemento muy efectivo en la prevención de enfermedades y males relacionados con el sistema cardiovascular.

También contiene un compuesto llamado alicina, que tiene propiedades medicinales. Es un potente antibiótico muy eficaz para eliminar microbios y bacterias nocivas para nuestro organismo, gracias a ser un antibiótico selectivo es capaz de seleccionar las bacterias nocivas y eliminarlas sin dañar las bacterias que son beneficiosas. Además de ser un poderoso fungicida y anti-viral, demostrado en pacientes que padecen VIH.

Este alimento es genial para la digestión y la eliminación de desechos del organismo y ayuda a prevenir las inflamaciones estomacales e intestinales. Siendo también un poderoso diurético, para depurar nuestro organismo, facilitando la eliminación de toxinas y líquidos.

Y como los alimentos anteriores, el ajo reduce considerablemente el riesgo de contracción de ciertos tipos de cáncer gracias a sus propiedades antibacterianas y al impedimento de formación de células cancerígenas. Por lo que se recomienda consumir este alimento a diario para tener nuestro sistema inmunológico bien reforzado y gozar de sus prestaciones.

El plátano es una fruta realmente deliciosa, muy dulce y saciante que es sin duda un alimento con grandes propiedades y beneficios para nuestra salud, siempre que se realice un consumo responsable.

Es una fruta con un alto contenido en fibras y minerales, contiene vitamina A, E y C y ácido fólico, que son antioxidantes, además de aportar minerales como el manganeso, potasio y algo de hierro. También es rico en hidratos de carbono, lo que nos proporciona energía vegetal saludable para nuestro cuerpo. Gracias a estas propiedades obtenemos beneficios como una mejor regulación de la glucosa, protege nuestros riñones, mantiene sano nuestro sistema cardiovascular, etc.

Se ha descubierto que el plátano puede ayudar a prevenir y combatir el cáncer de colón, y alimenta las bacterias benignas de nuestro sistema digestivo reforzándolo y ayudando así a curar los problemas intestinales. También está indicado para problemas de colesterol.

Y estos son sólo algunos de los ejemplos de alimentos que curan, habiendo una variedad y calidad muy amplia. A veces no nos paramos a pensar la importancia que tienen los alimentos en nuestra vida y no solo como sustento para realizar nuestras actividades si no como métodos curativos para mantener nuestra salud intacta e incluso reforzarla y sentirnos mucho mejor con nosotros mismos. Al final, una buena alimentación acompañada de un ritmo de vida activo con ejercicio y deporte, repercute no solo físicamente si no que de forma psicológica también. Creando un estado de bienestar con nosotros mismos al sentirnos más saludables.

Muchas veces recurrimos directamente a médicos y medicamentos cuando enfermamos o tenemos una dolencia, tendemos a creer que sólo los fármacos pueden curarnos y hacernos sentir bien si tenemos algún tipo de dolencia o malestar y eso no es del todo así, cuando lo básico y fundamental es la comida para gozar de un estado de salud óptimo y los medicamentos deberían ser un complemento y no al revés. Sólo tenemos que pararnos a pensar y reflexionar, y hacer un balance de que es lo que necesita realmente nuestro cuerpo y lo que no.

A veces la clave está en lo más fácil y cotidiano y lo que creemos que es muy complejo, complicado o grave, tiene un trasfondo sencillo y simple.

Y acabo con una cita de Hipócrates de Cos; un hombre que fue médico en la Antigua Grecia, clasificado como una de las mejores figuras de la medicina. Considerado por muchos autores “el padre de la medicina moderna”:

“Que tu alimento sea tu medicina, y que tu medicina sea tu alimento.”