Una cámara oculta palera en el metro de Madrid para promocionar la película ‘Cazafantasmas’

Publicado el 13 julio 2016 por 21alexsanchez

Lo de las cámaras ocultas para promocionar pelis de miedo hace ya años que no se veía, pero la agencia Shackleton ha querido recuperar esta técnica para comunicar la llegada de “Cazafantasmas“, de Sony Pictures.

Imagina que estás en la estación esperando al metro, y cuando ya escuchas cómo se aproxima, resulta que no aparece ningún vagón. Tan sólo el sonido de los frenos, de las puertas y de los avisos. Una idea cojonuda, ¿verdad? En eso estamos de acuerdo, pero al ver el vídeo de la acción, hay cosas que me chirrían. Y mucho.

Para comenzar, igual tienes que frecuentar el metro de Madrid para saber que en Alonso Martínez, a esas horas, la estación está bastante más petada. Vamos, que no hay solamente 20 personas contadas, ni de coña.

Si seguimos viendo el vídeo, vemos que alguna de las “cámaras ocultas” se mueven, dando la sensación de estar haciendo maravillas para no ser pilladas. Y ahora es cuando digo yo, ¿dónde coño se ha escondido el cámara para que no le vean, si en esa estación solamente hay que paredes? ¿Y esa precisión para coger en el momento exacto las reacciones, qué? Muy loco todo, aunque puede ser casualidad.

Pero ya, lo que me acaba de matar, es ver como la peña se pone a bailar cuando suena la canción de “Cazafantasmas”. Qué motivación, con tanta gente desconocida, a esas horas de la mañana, ¿no? Y otra duda existencial: ¿Por qué solamente realizan una tanda, en un momento determinado, y no hacen más tiradas para tener más reacciones, habiéndose gastado un pastizal en todo el sistema de sonido, cámaras y acuerdo con Metro Madrid?

Una pena que no confíen en el realismo para realizar acciones como ésta, que como idea está cojonuda, y tengan que contar con un número determinado de actores para animarla por si luego no furula bien y así tener un video case “guapo”, como el que vais a ver a continuación, para poder presentarse a festis y ganar premios bonitos. Pero eh, escucha, que igual soy yo el desconfiado.