Una carretera también puede servir para cargar las baterías de vehículos eléctricos.

Publicado el 13 mayo 2017 por Emethgolem @NombredeIsrael

Artículo de Abigail Klein Leichman

Originalmente publicado en Israel21c

“Un sistema de electrificación inalámbrica se probará dentro de unos meses en un proyecto piloto en Tel Aviv.”

En un momento en que más y más vehículos eléctricos circulan por las calles de ciudades en todo el mundo, es crucial encontrar mejores soluciones para recargar baterías y así mejorar las distancias recorridas, mantener bajos los costos y aumentar la confianza de los usuarios.

Oren Ezer y Hanan Rumbak fundaron ElectRoad en 2013 con miras a desarrollar su idea: redes eléctricas subterráneas para recargar vehículos mientras se desplazan por una carretera. O sea, un sistema de electrificación inalámbrica, que se probará dentro de unos meses en un proyecto piloto en una ruta de autobús público en Tel Aviv.

Ezer es director ejecutivo y Rumbak, director tecnológico.

“La idea de alimentar a vehículos en la carretera está actualmente de moda y hay varias compañías que están tratando de poner en marcha conceptos similares al nuestro, pero nuestra tecnología es totalmente diferente, desde las bobinas instaladas bajo el asfalto a la forma como se transfiere la energía al autobús”, dijo Ezer a ISRAEL21c.

ElectRoad recibió financiación de la Unión Europea en octubre de 2015 como parte del programa Horizonte 2020, que tiene un presupuesto de varios millones de euros para investigación e innovación, el cual le permite redefinir sus objetivos, definir su segmento de mercado y atraer a socios estratégicos.

“Podemos utilizar esa ayuda para crear pilotos en Europa, donde ya contamos con algunos socios, y vamos a presentar una solicitud para la Fase 2 de Horizonte 2020 a finales del año”, dijo Ezer.

Agregó que espera poder poner en marcha un proyecto piloto en 2018 en una ciudad europea similar al de Tel Aviv.

Instalación rápida

Las bandas de inducción electromagnética de cobre y caucho de la compañía se instalan en el asfalto en una zanja de ocho centímetros de profundidad. La instalación en un trecho de un kilómetro, desde el momento en que se excava hasta cuando se repavimenta, puede hacerse en medio día.

El sistema también requiere inversores eléctricos inteligentes con capacidades para comunicarse en tiempo real, instalados a los lados de la carretera, y una unidad de bobina debajo del vehículo para recibir la energía a través de un pequeño entrehierro que garantice la seguridad.

“Podemos adaptar fácilmente cualquier tipo de bus eléctrico, camión o auto”, estima Ezer. “Todo lo que hacemos es adaptar el receptor”.

Debido a que el sistema de ElectRoad alimenta el motor directamente, sin pasar por la batería, ésta, que pesa cinco tonelada, puede reemplazarse con una más pequeña. Además de ser más ligera, es más eficiente de energía y le da al vehículo una autonomía de cinco kilómetros en zonas que no estén adaptadas para la infraestructura subterránea.

Tel Aviv representaba el lugar indicado para el primer piloto. Además, la ciudad ya ha invertido en autobuses eléctricos para transporte público.

“Tel Aviv es una ciudad innovadora y hemos recibido mucha colaboración de todas partes, incluidas las autoridades de transportes”, dijo Ezer.

ElectRoad, que tiene oficinas en Rosh HaAyin, al norte de Israel, e instalaciones en Cesárea, también recibe financiación de la Autoridad de Innovación de Israel y de los ministerios de Transportes, Energía y Economía.

Crecimiento gradual

El primer mercado en el que se enfocará la compañía será el europeo, que está sediento de soluciones limpias para el transporte.

El potencial para el sistema de ElectRoad es enorme, pues China tiene miles de autobuses eléctricos y en Estados Unidos está siguiendo el ejemplo.

Ezer y Rumbak, que se conocieron hace seis años mientras trabajaban en Elbit Systems, planean hacer crecer ElectRoad gradualmente, para lo cual van a trabajar inicialmente con una sola línea de autobús, luego con taxis, y finalmente, con vehículos privados.

“Empezamos todo con la misión de reducir la polución”, dijo Ezer. “El transporte es una de las claves para reducirla, así que empezamos por ahí”.

La compañía tiene una patente en Londres y tres están pendientes de aprobación. Los sistemas piloto están hechos en Israel; llegado el momento, el núcleo del sistema se fabricará en Israel y el resto en otros países.

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