Y entre todas las flores que se pueden ver durante este mes, unas de las más llamativas son las orquídeas del genero Serapia, que cubren muchos prados con un intenso color fucsia que resalta entre las margaritas, los dientes de león, las violetas y el verde de la hierba.
Y si nos agachamos aún mas y miramos dentro, podremos ver que aparte de las abejas y abejorros que las visitan de vez en cuando para libar su néctar, unos pequeños inquilinos han escogido a estas flores para vivir.
Una pequeña arañita, de menos de 2 mm de longitud, había elegido una de estas flores para esperar pacientemente a que un insecto descuidado se posara en ella y le sirviera de desayuno. Los Tomísidos son arañas que no tejen telas, y que se camuflan entre las flores y las hojas para cazar al acecho.
Pero de vez en cuando hay que salir a estirar las piernas y es entonces cuando podemos apreciar la verdadera morfología de estas arañas, que las diferencia del resto. Sus dos pares de patas anteriores son mas largos que los posteriores y le sirven para atrapar a sus presas cuando se posan a su lado. Este aspecto peculiar es que explica el nombre de arañas cangrejo, que es como también se conoce a esta familia de arañas.
En otra orquídea cercana, otra pequeña araña de la misma familia (y quizás de la misma especie) acechaba también a otras presas descuidadas, pero había elegido el tallo para esconderse, aunque no con demasiado éxito.
Como os decía, merece la pena mirar la vida desde otro punto de vista y abrir los ojos a lo más pequeño, nunca sabemos lo que nos podremos encontrar, pero seguro que nos sorprenderá.
NOTA: haced click en las fotos para verlas a mayor tamaño. Quisiera agradecer a José Carrillo, de Biodiversidad Virtual por la rápida identificación de la primera araña, que yo solo había llegado a identificar como un Tomísido.