Una cocina abierta, pequeña y llena de encanto

Por Ilaria

No todos disponemos de un gran espacio para poner la cocina ni todas son tan espaciosas como las que vemos en las revistas de decoración. Aunque la arquitectura cada vez le está dando más importancia y está destinando más metros cuadrados a este espacio, es cierto que todavía la mayoría son pequeñas.

Pero esto no quiere decir que no deban tener todo lo necesario, ser funcionales y sobretodo ser muy, pero que muy bonitas. Con pocos metros cuadrados podemos conseguir un espacio realmente acogedor, lleno de encanto y con todo lo necesario. Y estas pequeñas cocinas son buena muestra de ello.

Son cocinas abiertas, completamente integradas al salón-comedor, de líneas sencillas y puras.

Cuando disponemos de pocos metros para el espacio destinado a la cocina, una buena opción es abrirla por completo, siempre que la estructura nos lo permita, y unirla al salón o al comedor. Haciendo esto conseguiremos ganar amplitud y luminosidad al espacio.

Hay quien piensa que abrirla por completo no es una buena opción por el hecho de que toda la casa puede quedar llena de humo y olor cuando cocinamos pero, si bien es cierto que antiguamente esto sí podía pasar, hoy en día las campanas extractoras están tan bien diseñadas y son tan potentes que han eliminado este problema.

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El blanco del mobiliario de esta cocina consigue crear un espacio fresco y luminoso. La madera de las encimeras añade la nota cálida y acogedora al espacio, junto con las espectaculares vigas de madera del techo, que también aportan personalidad. El pavimento diferente al del resto del salón consigue delimitar perfectamente el espacio.

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En esta cocina, a diferencia de la primera, se ha optado por un revestimiento más atrevido para la pared, en un tono oscuro, para crear un espacio diferenciado del resto del apartamento. Aunque los colores oscuros restan amplitud al espacio, en este caso se han podido utilizar sin ningún problema porque dispone de  mucha luz natural directa gracias a la gran ventana que tiene situada al frente.  El resto de la cocina sigue la misma línea que la primera, mobiliario blanco, que aporta luminosidad y madera que aporta calidez. Esta vez se ha optado por utilizar unas puertas que no necesitan tiradores, consiguiendo así un aspecto más moderno y más puro.

Cuando las cocinas están abiertas como éstas, merece la pena cuidar con espero todos los detalles como los tiradores o los elementos decorativos, así como el fregadero, la grifería, los electrodomésticos… Todo está a la vista y todo debe ser bonito.

Mònica Herrero
Blogguer de Decoración