David Liss elabora con maestría una complicada trama, una hábil combinación de novela de misterio y aventuras trepidantes en la que cada capítulo contiene un giro imprevisible.
Una Conspiración de Papel es el primer libro que publicó Liss, en el año 2000 y también con el que obtuvo sus primeros premios el MacAvity y el Edgard Awards, en 2001, y también para mí ha sido el primer libro que he leído del autor.
Inicialmente estaba destinado a titularse “The Villainy of Stock-Jobbers Detected”, pero a pesar de que a Liss le parecía un título sumamente evocador del periodo en que se desarrolla, sabiamente se dejó guiar por las opiniones de aquellos a los que consultó.
El protagonista de la obra es Benjamin Weaver, un personaje marginal en el Londres del siglo XVIII, un judío al servicio de la pequeña aristocracia londinense que recorre los bajos fondos a la caza de ladrones.
En Una conspiración de papel, Weaver se enfrenta a un crimen relacionado con la misteriosa muerte de su padre, un especulador que se movía como pez en el agua en la naciente Bolsa de Londres.
Para hallar las respuestas a sus preguntas, el protagonista deberá escarbar en su pasado, volver a sus orígenes y contactar con parientes lejanos que le reprochan sin pudor su distanciamiento de la fe y las prácticas judías. Poco a poco, Weaver se adentra en un laberinto de difícil salida y descubre cómo una peligrosa red de especuladores, un grupo de hombres poderosos del mundo de las finanzas, pretende instaurar un nuevo orden económico basado en la manipulación y el engaño.La novela es muy entretenida y consigue retratar de manera magistral el ambiente histórico de la época, la burbuja de la Compañía de los Mares del Sur en 1720 y el nacimiento de la Bolsa, así como los lugares donde ocurrieron estos hechos, entrando en cuestiones profundas de los campos más variados, desde las costumbres y modo de vida de los judíos, la independencia (o más bien lo contrario) de la mujer, etc.
Según cuenta Liss, el personaje de la novela, Benjamin Weaver, surgió luego de la lectura de las memorias de Daniel Mendoza, el primer judío que llegó a ganar premios como boxeador en Inglaterra, ya que en el siglo XVIII, inventó el método científico de boxeo y, tras retirarse se convirtió en cobrador de morosos.
Aunque la novela se desarrollarse casi un siglo antes de la época en que vivió Mendoza, Liss reconoce que se trata sólo de una mera inspiración y no una recreación de la vida del púgil.
Un dato curioso no comprobado por este blogero, nos cuenta que Mendoza es un antepasado del gran actor Inglés Peter Sellers. Vaya usted a saber.