Una copa de colores

Publicado el 12 junio 2014 por Premierlspain

El mayor evento deportivo del planeta. La celebración superlativa de la popularidad del fútbol. Spielberg nos lo mostraría como el Santo Grial custodiado por el deshonorable caballero suizo. Un campo de egos, un crisol de colores, un circo de voces en una carpa pintada en multitud de idiomas. Es una fiesta inmejorablemente ambientada, es un grito que sale de las entrañas, es una reunión repleta de sonrisas y lágrimas. Es el atajo para los libros de historia. Un mundial es todo esto y mucho más. Un mundial es lo que debería ser siempre. Es la Copa del Mundo.

Llega junio y no hay otro objetivo para las cámaras. La Copa por excelencia acapara horas, juicios, pensamientos y sobre todo emociones, verdadero motor de tanta revolución, ya sea por excitación propia o por empatía de intenciones. En nuestro país, disfrutamos del éxito moderno, del triunfo de un estilo, de una generación y hasta de un nuevo apelativo, tan representativo como odioso, la roja.

En una Copa del Mundo, uno busca el espectáculo amarillo, lo auténtico del fútbol de calle. Por lo general, se termina encontrando el blanco de la verdad, de la voluntad alemana, teñido en los últimos tiempos con el arcoíris del talento. La determinación celeste siempre aparece en la Copa, mostrándonos la voluntad de encontrar un nuevo Diego y la realidad de no querer hallarlo. Y entre naranjas algo desorientados, azzurros eternamente hambrientos y bleus sufriendo con el plato grande, aparece la incógnita inglesa.

Inglaterra es un oasis de fútbol puro perdido en la línea temporal. Tan claro tienen su origen que no se cuestionan su destino. Adónde llegarán los ingleses en esta Copa del Mundo es una incógnita desde el momento en que los propios ingleses decidieron no hacerse la pregunta. La selección representativa del fútbol más apasionante del planeta es un mejunje intergeneracional de nombres de leyenda, promesas de alto potencial y hombres con dudas. Si a todo esto le sumamos el escepticismo del pueblo gracias a las actuaciones inglesas en las últimas citas, nos queda un enorme interrogante que pocos se atreven a derribar con golpes de certeza.

Nos ha apetecido pintar este número con los colores que alegran la Copa del Mundo. Disfruten la lectura y, sobre todo, la competición. Uno sabe dónde han decidido los mencionadísimos lobbies que se disputen los próximos mundiales, pero lo que querría averiguar es el lugar exacto en que quedará la Copa del Mundo, oculta en una burbuja que vuela entre mansiones heladas y desiertos sin habitar.