Anoten unas fechas: del 4 al 11 de noviembre de 2013. Esos días se celebra en Londres la Copa de Maestros. Un acontecimiento que reúne cada año a los ocho mejores tenistas del curso. El magnífico escenario del O2 Arena acoge un torneo que pone el colofón a la temporada y sirve para entronizar al mejor. Es un torneo que aprecian los jugadores, no sólo por la cuantía de los premios. Su prestigio no se ha visto mermado a lo largo de muchos años. El interés por acudir es evidente y eso conlleva una recta final de alta tensión para conseguir el billete a Londres.
La lucha por el número 1Mientras esto se dirime, asistimos a otra batalla encarnizada en la parte alta. Nada menos que la conquista del número 1, donde Rafa Nadal y Novak Djokovic son los combatientes. La gira asiática ha confirmado al serbio como dominador en los dos torneos chinos, reeditando títulos, lo que le confirma como amenaza para la recuperación del escalón más alto del tenis mundial. Djokovic ha superado el trauma del US Open que le ocasionó el mallorquín y está dispuesto a morir matando. Un ejercicio de autoridad al alcance sólo de los campeones. Él lo es. Nadal dispone de margen –jugará Basilea y París-Berçy, como su oponente- al no defender puntos, pero el duelo se presenta bellísimo. Como bellísimo es que, por primera vez en la historia, haya dos españoles entre los tres primeros de la clasificación mundial. Nadal, como número 1, y David Ferrer como número 3. Un premio al esfuerzo y perseverancia de ambos, amén de su indudable calidad tenística. El de Jávea, que se ha aprovechado de la lesión de Murray, tiene más complicado mantener la posición, pero puede hacerlo si mejora su rendimiento en Estocolmo, Basilea y París-Berçy, donde defenderá el título del año pasado. Le está pesando la temporada, pero la recompensa merece la pena. Por él no va a quedar.