No fue un buen día para Jose Luis quien, después de la penúltima
indecisión del Tribunal Constitucional, bajó a la bodeguilla para,
cosa rara en él, servirse una copa de vino.
A solas con su decepción, una copa siguió a la otra de modo que,
dos copas más tarde, se sorprendió a si mismo cantando
"España patria querida...", con un añadido de su propia cosecha:
"...Estado Federal de mis amoooreeeeeeeeees".