Poco después de que Nouriel Roubini planteara la posibilidad de una autodestrucción del capitalismo como consecuencia de la globalización y la desaforada intermediación financiera, el asesor económico de UBS, George Magnus, ha afirmado esta semana que nos encontramos ante "una crisis del capitalismo que sólo se ve una vez en la vida".
En un artículo que recoge CNBC, Magnus afirma que "el sector privado no tiene más remedio que reducir el apalancamiento, lo que agrava el impacto económico que supone la pérdida de los motores de crecimiento del pasado". En su opinión, "la deserción financiera en el sector público representa un añadido más a la complicada situación económica".
Con un crecimiento que sigue siendo bajo o deprimido desde el último pico que se registró a principios de 2008, Magnus asegura que una nueva recesión o lo que se ha venido a llamar una "doble caída" en realidad no sería más que la continuación de una recesión que
comenzó hace tres años, tras el colapso de Lehman Brothers. Por tanto, centrarse sólo en las medidas de austeridad no va a llevar a los países a la estabilidad económica ni a retornar una senda de crecimiento sostenible. "El problema debe ser considerado más ampliamente, abarcando la capacidad del sistema para crear empleos y fortalecer la formación de los ingresos". Lo que se necesita son medidas a corto plazo para apoyar el crecimiento y medidas a largo plazo para reducir el gasto. Pero pocos gobiernos han logrado equilibrar ambos objetivos.
El "trastorno de atención del déficit"
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha planteado recientemente la primera medida, pero no dispone de la segunda. Por su parte, el Reino Unido y otros países tienen el acento al revés. Magnus describe esta condición como un "trastorno de atención del déficit".
Las palabras de Magnus van en línea con las pronunciadas a mediados de agosto por el economista Nouriel Roubini, quien se preguntó en un artículo si el capitalismo está condenado a su autodestrucción. Roubini piensa que tanto el modelo estadounidense como el europeo occidental están agotados, y reclama "volver al equilibrio correcto entre los mercados y la provisión de bienes públicos". En este sentido exige estímulos fiscales para crear empleos, inversión en infraestructura, reducción de deudas de los hogares o una mayor disciplina fiscal.
"Estamos ante una crisis del capitalismo, porque nuestro modelo económico y la configuración de la política son incapaces de producir un crecimiento sostenible, la formación de un ingreso adecuado o la creación de empleo"... "Hemos perdido la vivienda, los servicios financieros y los motores de creación de crédito, en un contexto de niveles excesivos de deuda privada y pública, con un sistema financiero disfuncional y unos mercados laborales completamente debilitados", asegura Magnus.
En la medida en que los consumidores no pueden seguir el ritmo de producción de bienes y servicios ya que están reconstruyendo sus balances, Magnus cree que las economías se enfrentan a una crisis de demanda. Y con los políticos preocupados por la austeridad, sólo los bancos centrales están siendo vistos como actores creíbles en la lucha contra la recesión, "pero esto no va a funcionar". Para Magnus, la prueba de fuego de la política debe ser su capacidad para la creación de empleo y la adopción de medidas fiscales y de inversión, así como iniciativas en infraestructuras y otras para facilitar el proceso de desapalancamiento de los hogares.
La primera acción que Magnus cree que hay que llevar a cabo es una recapitalización del sistema bancario europeo, antes de intentar abordar los principales problemas estructurales. Para Magnus, "La unión fiscal es poco probable que sea la solución más adecuada a este problema", y concluye que el sistema del euro no está próximo a romperse, si bien tampoco está asegurada su viabilidad en los términos en que está planteado actualmente.