Cuando le pides a alguien que se ponga para una fotografía, normalmente lo hace muy ilusionado, queriendo ser parte de la imagen que quedará para la posteridad de un acontecimiento, un lugar o solo por decir “yo estuve allí”. Pero cuando te lo pide un geólogo tienes unas altas probabilidades de que la petición sea para convertirte en escala.
Las escalas en una fotografía geológica son bastante importantes, incluso en aquellas que se sacan desde un microscopio, porque facilita a las personas que las miran obtener una perspectiva del tamaño de lo que están mirando. Pero mi crítica es que en muchas ocasiones se utilizan escalas que no todo el común de los mortales puede entender. Si no, no tendría sentido escribir sobre ello.
Hay tres tipos de fotografías que se pueden realizar en terreno que se pueden separar en macro, media y general. La macro trata de escenificar aspectos particulares de un yacimiento o de una roca, como puede ser un mineral, una roca o una estructura. La media es algo más ampliada que la macro y tiende a ser una referencia para ver contactos, definir texturas o fracturaciones. La general es la más amplia, donde se puede representar un yacimiento completo o una serie de estructuras a mediana escala.
El problema es que en muchas ocasiones se utilizan escalas que no sirven de buena referencia para todo el mundo.
Mi estatura se podría calificar como normal (1,71 m), pero tengo compañeros y compañeras por debajo y por encima de esta estatura. Si bien, un hombre actualmente tiende a tener unos 1,74 m de altura de promedio, esta altura no siempre ha sido la misma a lo largo de la historia y actualmente estamos alcanzando las cotas más altas. Por lo tanto sería conveniente indicar el tamaño de la persona en la escala, a modo de referencia.
Otros apéndices humanos utilizados en fotografía son las manos, que como la estatura, son muy diversas. Todos recordamos los dedos regordetes de algunos compañeros o los de otros alargados, parecidos a palos atados a un muñón.
En cuanto a los planos medios, la herramienta más utilizada es sin duda el martillo. El monopolio de Estwing (alguien debería mirar esto) hace que todos los que nos dedicamos a esto sepamos exactamente como es un martillo y sus dimensiones, por lo que no suelen existir problemas en este sentido.
Cuando alcanzamos las fotografías macro entonces llegamos a una cuota de escalas cuyo límite solo puede ser la imaginación de las personas que vayan a hacer la fotografía y lo que tengan a mano.
La solución es sencilla. En las fotografías que representen amplios planos tan solo sería necesario decir cuánto mide la persona colocada como escala (sin mentir mucho). Para las de medio podría servir el martillo, dada su casi total utilización del mismo modelo a lo largo de todo el mundo, pudiéndose utilizar una segunda opción que también valdría para las fotografías más cercanas.
Las tarjetas escalas son algo muy útil y que evita todos estos posibles problemas. Son como una tarjeta de crédito y ocupan incluso menos. Caben en el bolsillo o en la libreta y la capacidad para llevar información es grande, no solo unas escalas en centímetros y pulgadas, sino también granulometría, clasificaciones petrológicas, etc.
Fuente imágenes:
http://luirig.altervista.org/pics/index4.php?search=Isoclinally+folded+quartzite.+Maria+Mountains.+Coin+for+scale…&page=1
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