Una dama en París (2012)

Publicado el 25 julio 2015 por Rugoleor @rugoleor

Frida (Jeanne Moreau) es una anciana que, muchos años atrás, abandonó su Estonia natal para instalarse en Francia. Sin embargo, los años no pasan en balde y Frida sabe que necesita a una persona que la cuide. Una de las candidatas a este empleo será Anne (Laine Mägi), joven inmigrante que, al igual que Frida, se fue de Estonia para recalar en París. Aunque al principio sus personalidades chocan, y la anciana rechaza a su cuidadora, enseguida se formará un fuerte vínculo que hará que ambas se conozcan mejor a sí mismas.

Valoración: 6,141.

Tráiler de la Película

Ficha

Título Original: Une Estonienne à Paris.
Director: Ilmar Raag.
Guionistas: Agnès Feuvre, Lise Macheboeuf, Ilmar Raag.
Actores: Jeanne Moreau, Laine Mägi, Patrick Pineau, François Beukelaers, Fred Epaud, Claudia Tagbo, Ita Ever, Helle Kuningas, Tõnu Mikiver, Helene Vannari, Ago Anderson, Piret Kalda, Roland Laos, Liis Lass, Aziliz Le Guern, Corentin Lobet.
Productores: Miléna Poylo, Gilles Sacuto, Riina Sildos.
Fotografía: Laurent Brunet.
Música: Dez Mona.
Montaje: Anne-Laure Guégan.
Diseño de Producción: Pascale Consigny.
Diseño de Vestuario: Ann Dunsford.
Países Participantes: Francia, Bélgica, Estonia.
Lugares de Rodaje: Tallinn (Estonia); París (Francia).
Fechas de Rodaje:
Año: 2012.
Duración: 90 minutos.
Calificación por Edades: Apta para todos los públicos.
Género: Drama.
Estreno (España): 24-07-2015.
DVD (Venta):
Distribuidora: La Aventura Audiovisual, S. L.
WEB Oficial: WEB Oficial de la película en España.
Espectadores (España): 6.403.
Recaudación (España): 37.100,35 €.
Visitas: 0.
Popularidad (Puesto): 380.

Crítica

25-07-2015 – JOSU EGUREN

Confesiones

El pasado 23 de enero Jeanne Moreau cumplió 87 años, aunque para los cinéfilos siempre será la treintañera a la que Oskar Werner (Jules) y Henri Serre (Jim) perseguían en una alocada carrera a través de las salas del Louvre. Además de aquella ha sido muchas otras mujeres, gran parte de ellas encerradas en la mirada cautivadora que enamoró a François Truffaut, Michelangelo Antonioni y Jacques Demy. Entenderán que resulta inevitable referirse a la protagonista de “La novia vestía de negro” (François Truffaut, 1968) al abordar el segundo largometraje del estonio Ilmar Raag, director de una coproducción internacional que podría haber compartido interiores con “Amor” (2012), de Michael Haneke, aunque la forma en la que encara los achaques de la vejez y la desmemoria es distinta.

Cuando Jeanne Moreau, por boca de su personaje, se dirige a la mujer que la cuida para preguntarle qué hará cuando fallezca, sabemos que en la misma voz habla la anciana a la que interpreta y la misma actriz que encara la muerte sin complejos, con algunas llagas en el recuerdo, pero con la capacidad intacta para encadenar las palabras precisas.

Lo que en ocasiones adopta el formato de un monólogo de doble sentido se va acoplando lentamente a medida que la desconfianza mutua da pie a un diálogo de intimidades en el que ambas mujeres afloran temas como el amor y la sexualidad mientras desgranan las penas que han azotado sus vidas. En ese punto “Una dama de París” se reconoce en el espejo de los clichés que caracterizan los relatos de viejos cascarrabias ablandados por el buen carácter de nuevas compañías, aunque Raag hace lo posible por sofocar los brotes de emotividad contagiosa rebajando el tono de la narración para permitir que sea el espectador quien decida. Llamarla previsible es otra forma de decir que “Una dama de París” es transparente y sincera, o que su director conoce a la perfección lo que puede dar de sí la película y lo fatal que sería animarse a superar sus límites.