Y la verdad que nadie en mi familia nadie se especializó en pizzas. Mi abuela P. hacía una mezcla de harina blancaflor y mucho aceite, que creo recordar que era sin levadura. Tenía un aroma muy bueno, y una textura como de biscocho. Era una pizza especial.
Mi tío E. es el único que amasa pizzas, pero como la tradición de reunirse fue dejándose de lado a medida que crecimos, ya no las hace tan seguido.
Por suerte, mi primer intento para el blog salió de mil maravillas.
Entonces, decidí que era tiempo de probar una pizza más tradicional.
Y la verdad es que no salió perfecta... debe tener algo que ver con el amasado supongo...
Decir que las recetas de Blanca Cotta son tan infalibles, que hasta una anti amasadora de pizza como yo, puede terminar con 4 pizzas más que presentables!
Además, con la ayuda experta de la mini amasadora, sorprendiéndose por el maravilloso olor de la harina con levadura, jamás podrían haber salido mal.
Hicimos para todos los gustos: fontina, gruyere, mozzarella y parmesano, aceitunas, huevo duro, tomate fresco, tomate confitado, albahaca fresca y boconccinos de mozzarella! Todas riquísimas!