Una de cal y otra de arena

Por Mamareciente
Para compensar los efectos destructivos sobre la natalidad de mi anterior entrada, aquí va una sobre solidaridad fraternal.
El Chiquinini recibió muy bien a su hermana, mejor de lo que yo esperaba. Puntualmente se muestra un poco rabiosete con ella, probablemente porque Chiquinina ya tiene cinco meses y empieza a ser más personita, está más espabilada, hace ya monerías y sabe reclamar nuestra atención.
Pero paralelamente a todo esto, he visto ya en Chiquinini las primeras muestras de cariño hacia su hermana, carantoñas a parte.
Si Chiquinina llora él se preocupa, a veces se pone un poco nervioso, y ha tenido gestos como ofrecerle su peluche favorito ( ése que es como uno más de la familia, que no sé qué será de nosotros si algún día se pierde, y que está tan desgastado que ya no admite más lavados).
O como dejar lo que está haciendo para sentare al lado de la hamaquita donde está Chiquinina , sin decirle nada, tan sólo sentarse allí con ella como si quisiera acompañarla o darle apoyo moral.
Por su parte Chiquinina no le quita ojo, le escucha atentamente, le busca con la mirada cuando oye su voz, y no le quita ojo de encima cuando Chiquinini está cerca.
Son pequeños gestos que enternecen y que espero que sean el inicio de muchos otros gestos, grandes y pequeños. Espero que crezcan llevándose bien, peleándose a ratos, como creo que es normal e inevitable, pero cuidándose, siendo buenos amigos y apoyándose el uno en el otro. Porque un hermano es el mejor regalo que pueden hacer unos padres. Ala.