Terminado el puente todos tenemos ya las luces navideñas encendidas. Las calles se iluminan al anochecer olvidando por un momento la crisis mientras las tiendas se llenan de opciones para regalar. Muchas de ellas en un último intento de no ahogarse en un año difícil. Pero si alguien permanece ajeno a todas estas cosas, esos son los niños. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual tres títulos que me han parecido tres buenas opciones para los mas pequeños de las casas. Hoy traigoa mi estantería virtual, ¡Oh no, Lucas!, Un poco perdido y Yo quiero mi gorro.
Lucas
Los dos primeros títulos son para los más pequeñitos, libros llenos de color con dibujos sencillos que incluso pueden intentar copiar. No tienen mucho texto pero sí papel fuerte, que se agradece mucho en estos casos. Conocemos a Lucas, un perrito lleno de buenas intenciones... y al que le rodean las tentaciones de hacer travesuras. ¿Quién no ha querido portarse bien de pequeño y no lo ha conseguido? Hay tartas y gatos y arrepentimientos y recompensas en una tierna historia de un perrito y su amo. En Un poco perdido será un pequeño búho quien se cae de su rama sintiéndose perdido sin su madre. Tiene que encontrarla y, para ello, recurrirá a los animales del bosque. Otra tierna historia de solidaridad, amigos y galletas con final feliz. Me encantaban los finales felices cuando era pequeña.Buscando el gorro.
Yo quiero mi gorro es una historia para los que ya han crecido un poco (más de cinco años). Una vez más son dibujos sencillos y una historia sencilla y divertida de un enorme animal que pierde su gorro y lo busca por el bosque. Le encanta su gorro y tiene que encontrarlo.... y el autor deja que sean los niños los que, cuando nuestro amigo recuerda haberlo visto en la cabeza de un animal, se sientan los más listos de la casa al recordar ellos mismos haberlo visto también. Se podría decir que también tiene un final feliz, pero más allá de eso, el autor ha buscado una vuelta graciosa, la historia no termina cuando lo encuentra sino un poquito más allá. Y les saca una sonrisa. Una delicia.Mi apuesta de hoy no trata de princesas o fábulas ya conocidas, trata de esas historias que cuando las releemos, los destinatarios se las han aprendido y saben cuando llega su parte favorita. Trata de aprender y sonreír, no hay pop ups deslumbrantes ni papeles con purpurina... pero cuando miro los pocos libros que quedan de mi infancia, no son esos los que conservo con más cariño, sino aquellos que se podían leer cada noche en un ratito justo antes de dormir y convertían ese momento en el más especial del día. Ahora que recuerdo.... yo dibujaba un elefante hecho con parches de colores. ¿Por qué no enseñar ahora a un perro rojo y rosa narigudo que consigue portarse bien?
Y vosotros, ¿no recordáis esos momentos del cuento antes de acostarse como de los mejores?
Gracias
PD. Se acerca la Navidad, y a los que nos gusta leer también nos gusta regalar libros y encontrar una sonrisa en los destinatarios cuando abren el regalo de Gaspar. Por mi parte, en unos días escribiré mi carta a los Reyes Magos.