Una de piratas

Por Papacangrejo @Papicangrejo

Aunque estuvimos en un par de ocasiones oteando el horizonte en busca de alguna señal de los piratas que nos habían comentado que iban a desembarcar en la playa del Torreón de Benicassim, no tuvimos la suerte de encontrarnos con ellos. Eso sí, pudimos disfrutar de algunas de las actividades que se habían preparado para celebrar su llegada, al más puro estilo "Bienvenido Mr. Marshall".

Habían preparado un pequeño mercado medieval con artesanos y puestos de baratijas, esperando creo, que a los piratas no les diera por saquear las paradas de los artesanos. Entre ellas había un panadero, que mostraba como se hace el pan de forma artesanal para que todos pudieran verlo, después ponía la masa en el horno portátil (moderno que es el medieval este) y sacaba unas hogazas que tenían un pinta increíble, y ya no digo nada del olor a pan que recorría el mercado y alrededores. Para se sincero no pudimos resistirnos y nos trajimos una hogaza a casa, y doy fe de que estaba buenísima, incluso días después.



En el mismo mercado nos encontramos también con un par de atracciones para niños, también medievales, las atracciones claro. Una era un tio vivo con sillitas que iban dando vueltas. La atracción daba vueltas gracias a la fuerza animal. Junto a la atracción había un mecanismo que unía una silla y unos pedales, al estilo de las bicicletas esas que van casi tumbados. Y allí estaba la chica, pedaleando y haciendo girar el tio vivo para deleite de los pequeños, además luego subía y bajaba uno a uno a los niños. No me gustaría tener que enfrentarme a aquella chica, que se me antojaba delgada para la fuerza que debía de hacer durante todo el día.


La otra atracción era un columpio enorme, que emulaba al típico barco pirata de las ferias, pero más pequeño claro. Aunque para ser sincero no me fije en como iba propulsado, pero imagino que lo empujaba alguien, ya que allí no había motor eléctrico o de combustión alguno.



Lo que si puedo aseguraros es que las dos veces que estuvimos por allí, había muchísima gente, de aquí y de allá, una marabunta de personas que en algunos momentos se me hizo un poco demasiado.

Para concluir el mega fin de semana festivo, el lunes nos fuimos al Oceanográfico a Valencia. Es un lugar al que vamos todos los años, ya que a cangrejito le encanta, pero este año hemos ido antes. Al haber algunas novedades cangrejito estaba deseando ir, así que aprovechamos y fue nuestro regalo de cumpleaños.