Una de Titulitis: La precaria situación de los Educadores Sociales

Por Feliperodriguez
Quienes hayan pasado por aquí otras veces sabrán que soy psicopedagogo y educador social, dedicado a la orientación laboral en este momento. Quienes hayan visto mi entrada ¿Contratarías a un psicopedagogo como Técnico de Selección? comprobarán también la precaria situación de algunos titulados en un mercado laboral que los excluye, a pesar de tener los conocimientos necesarios para ejercer determinadas profesiones.
Pues hoy voy a hablar de algo que me escama desde que terminé la carrera de Educación Social: La precaria situación laboral de los Educadores Sociales en España.
¿Qué es un Educador Social?
Es un profesional de la educación no formal, preparado con una formación universitaria basada en la práctica con todo tipo de colectivos, en especial en riesgo de exclusión social, y en la teoría sociológica, antropológica y pedagógica; además de poseer una buena base en psicología básica, organizacional, social y del aprendizaje.
Por tanto es un especialista en formación y en orientación; con adultos, en riesgo de exclusión o no, con niños y adolescentes; y en todos los contextos imaginables.
Como especialista en formación, está preparado para programar, gestionar e implementar todo tipo de intervenciones educativas. Pero su intervención no es sólo operativa; sino que parte de una filosofía, de un modo de ver la realidad, eminentemente educativo, en contraste con otros profesionales como los trabajadores sociales, cuyo prisma es el de la orientación ante la burocracia de los diferentes soportes sociales existentes para todo tipo de colectivos que los demanden.
Por tanto, podemos decir, que un Educador Social es el profesional ideal para ser:
Ámbito laboral:
-El formador de una empresa
-El coordinador o formador de un programa de formación ocupacional o contínua
-El supervisor didáctico de una empresa dedicada a la formación.
Ámbito educativo:
-Director, coordinador y docente en escuelas de adultos
-Docente, coordinador, en ámbitos formales (escuelas, institutos), de la formación en áreas transversales sociales.
-Formador en talleres educativos de todo tipo.
-Mediador social educativo entre familias, docentes y alumnos.
-Es el profesional ideal para impartir educación para la ciudadanía.
-Es el profesional ideal (o uno de ellos) para impartir las acciones formativas para recuperación de puntos del carnet de conducir (injustificablemente restringido a psicólogos).
Ámbito social:
-Gestor de campañas educativas y de sensibilización social.
-Mediador social educativo en el ámbito asociativo.
-Gestor de programas técnicos educativos y de promoción vital de las personas (tanto en área profesional como personal).
Ámbito personal:
-Coaching educativo.
Ámbito sanitario:
-Creador e implementador de tratamientos educativos (como parte de un equipo multidisciplinar en el que los sanitarios diagnostican, el psicopedagogo determina necesidades educativas junto con el educador, y el educador diseña, desarrolla e implementa el programa educativo a llevar a cabo).
...y muchos más ámbitos y trabajos. Lo que está claro, en todo caso, es que es el profesional ideal para trabajar, desde el punto de vista educativo, en cualquier ámbito que no sea impartir las asignaturas de la educación formal.
Realidad del Educador Social: En tierra de nadie, acosado por el intrusismo y sin posibilidad de "intercambiar" ámbitos con sus intrusos.
La realidad del Educador Social viene definida, más o menos, por esta radiografía:
-Las empresas no lo conocen.
-Las entidades sociales tampoco. Algunas lo conocen, pero siguen en la tendencia de abusar de los trabajadores sociales o de los psicólogos como "remedio" universal.
-Muchas veces se contratan a educadores sociales por imperativo legal de las subvenciones (caso EMORGA, por ejemplo), no por decisión de la entidad.
-Muchos educadores son contratados para puestos de inferior categoría profesional (como TASOC, por ejemplo). Esta situación es permanente en algunos ámbitos.
-En una gran cantidad de ámbitos no existen no sólo educadores, sino ninguna figura educativa de intervención con formación universitaria (caso de las residencias y centros de día de 3ª edad, donde sólo se contratan TASOC).
Por otra parte, los ámbitos donde el Educador Social es la figura esencial, no están siendo defendidos por nadie, empezando por los colegios de educadores sociales de las CCAA (ninguno defiende las competencias exclusivas).
De esta situación de indefensión profesional, se deriva una situación de intrusismo profesional y de incapacidad para integrarse en un mercado laboral, en el que ocurre lo siguiente:
-Un educador es contemplado en muchas plazas (públicas o privadas) en igualdad de condiciones con un trabajador social, cuando el puesto es eminentemente educativo.
-Sin embargo, para un puesto de trabajador social, jamás se contrata a un educador social, aunque este último tenga experiencia de sobra en la gestión y tramitación de ayudas con todo tipo de colectivos. (Los trabajadores sociales sí tienen defendidas sus competencias, en detrimento de los educadores sociales)
Es decir, que el educador social no está siendo defendido por nadie, en lo que realmente debería ser la primera demanda: La defensa de las competencias exclusivas del educador social. O al menos compartidas con profesionales de la educación de categoría formativa similar o superior (pedagogos, psicopedagogos).
La realidad es que, actualmente, para ejercer de educador "vale cualquiera", pues aunque todos entendemos que la educación es un asunto esencial en nuestra sociedad, a la hora de la verdad lo vemos como algo secundario y que, en todo caso, puede hacer "cualquiera" que haya tratado con personas.
¿Puede un psicólogo operar a corazón abierto sin ser cirujano? La respuesta es obvia en este caso. Pero si en el terreno educativo no lo vemos, es, en parte, porque tampoco vemos la importancia de la educación y, por consiguiente, de la formación y capacitación de los profesionales de este ámbito.
¿Y tú qué opinas?