No es posible al día de hoy hablar de masonería en singular, si bien es verdad que hay un tronco histórico común a las diferentes ramas de la masonería, hay demasiadas diferencias entre ellas como para pasarlas por alto; es por eso que las siguientes consideraciones no pueden generalizarse a todas las asociaciones masónicas sino a aquellas vinculadas al Llamamiento de Estrasburgo de 1962, entre ellas la Gran Logia Simbólica Española.
1. La masonería como asociación moderna surge en 1717 en la ciudad de Londres -pronto cumplirá 300 años- como novación y reelaboración de una tradición gremial y asociativa anterior
La masonería reflexiva o especulativa se crea a partir de la agregación de cuatro logias que se reunían en otras tantas tabernas de la ciudad inglesa: El Ganso y la parrilla, El Manzano, La Corona, El jarro y el racimo de uvas. La masonería moderna toma prestado de la masonería operativa la metáfora de la construcción: el ser humano como constructor de sí mismo y del mundo.
Los canteros y constructores medievales descubrieron una realidad psicología grávida de consecuencias: que cuando actuamos sobre la realidad nuestra acción no se dirige solamente hacia afuera de nosotros mismos sino que de alguna manera se refleja sobre nuestra propia personalidad y dejaron constancia de este conocimiento en una lacónica sentencia que encierra todo el fundamento del método masónico: Lo que tú haces, te hace.
2. La masonería no se define como una doctrina o una ideología concreta
La masonería no se propone como una vía de salvación religiosa, ni como un proyecto político sino como una actividad de reflexión personal y compartida, delimitada por un marco de valores abiertos: Libertad-Igualdad-Fraternidad.
3. La Masonería es una fraternidad iniciática y una sociedad de pensamiento
¿Qué es iniciación?: “iniciación” es cualquier experiencia, cualquier conocimiento que tiene virtualidad para conmovernos, para transformarnos…que suscita en nosotros un proceso de cambio.
La vida está llena de iniciaciones espontáneas que nos transforman: el descubrimiento de la sexualidad en la adolescencia, el amor, la maternidad o la paternidad, el disfrute artístico….La masonería, el método masónico, no es sino la aplicación programada, siguiendo un método ritual, fruto de una larga tradición histórica, de un procedimiento de crecimiento o construcción personal.
La palabra construcción no es en este caso una mera licencia literaria ya que lo que la Masonería nos propone en la iniciación es precisamente una “metáfora para nuestra vida personal” y esa metáfora no es otra que la de la construcción. El origen del método masónico se encuentra a mi juicio en un descubrimiento “avant la pàge” por parte de la masonería de lo que en psicología se llama actualmente: “crecimiento personal”, psicodrama, dinámica de grupos, psicología profunda.
Esa proclamación de fraternidad, va aún más allá; también supone un reconocimiento de nuestra radical orfandad. Es el rechazo de todo paternalismo o maternalismo de clan, iglesia, partido ó Estado. La fraternidad es una relación bilateral y mutua, en la que pueden caber diferencias de experiencia, mérito ó capacidad, pero no hay diferencia que afecte a la relación misma, como es el caso del salto ontológico de la filiación a la paternidad/maternidad. No cabe por lo tanto ningún tratamiento de “pater” ó “mater” en el ámbito de lo espiritual, de lo político y de lo civil que configure una insalvable jerarquía, por causa de predominio paterno/materno. La proclamación de la fraternidad es por lo tanto consecuencia última del mismo impulso emancipador de la Ilustración, del sapere aude kantiano y su reivindicación de la mayoría de edad del hombre, en definitiva esa mayoría de edad nos ha de llevar en un momento de nuestro propio crecimiento a hacernos ‘hermanos’ de nuestro propios padres biológicos.
4. Aunque en sus orígenes la masonería fue exclusivamente masculina, desde hace más de cien años existen logias y Obediencias en todo el mundo, masculinas, femeninas y mixtas
La mujer en la Gran Logia Simbólica Española participa como visitante en las logias masculinas, y como miembro de pleno derecho en las logias mixtas o en las logias exclusivamente femeninas según su elección, del mismo modo que el varón.
5. La base de la sociabilidad masónica es la Logia, que es un grupo local compuesto por un mínimo de 7 personas, en cuyo seno se realizan las tenidas o encuentros, se representa el rito y se realizan los trabajos de reflexión y debate
Aunque una Obediencia masónica tenga muchos miembros, la relación de fraternidad más intensa se realiza en el seno de la Logia, o grupo local, en el que nos reunimos regularmente. En el seno de nuestra logia madre nos iniciamos como aprendices, nos elevamos al compañerismo masónico y finalmente somos exaltados a la maestría.
6. Las Logias se federan en Obediencias territoriales o nacionales
Se llama Obediencia al conjunto de Logias que obedecen unos mismos Reglamentos Generales. Las Obediencias suelen denominarse Gran Logia o Gran Oriente y tienen funciones de coordinación y representación pública.
7. La masonería como sociedad de pensamiento no propone opciones religiosas, ni filosóficas, ni políticas determinadas
Tendría que parece obvio, después de todo lo dicho que la Masonería no es un “ismo”, sino más bien un método de especulación y de relación personal, no existe el “masonismo”, sino la masonería; carece en este sentido de unidad ideológica, y desde luego que no está estructurada orgánicamente como un grupo de acción, o una militancia, que imparta consignas o pueda proponerse objetivos políticos por muy legítimos y loables que estos sean, aparte de adherirse al principio general de la defensa de los Derechos Humanos.
8. La interpretación y hermenéutica del Rito tiene un papel decisivo en el trabajo masónico
Tanto en el trabajo reflexivo de las logias como en su mera sociabilidad tiene un papel nuclear la dramatización de determinados rituales que juegan con representaciones arquetípicas de la existencia humana: el viaje y el laberinto, la luz y la oscuridad, la continuidad y la transformación, la construcción y el trabajo, el conocimiento y la ignorancia, la vida y la muerte, la palabra y el silencio, el duelo y la alegría…
9. La Logia nos une en nuestra común humanidad
Las logias están abiertas a trabajadores manuales e intelectuales, a hombres y mujeres, a creyentes e increyentes, a personas de izquierda y de derecha… que acepten el marco de referencia ética de los Derechos Humanos. La logia busca romper las barreras de la sociabilidad ordinaria y crear un espacio en el que los masones nos podamos reconocer en nuestra común humanidad, una humanidad esclarecida por el diálogo.
10. Masonería y Masonerías
La masonería como tradición intelectual y moral surgida en 1717 ha evolucionado de manera diversa en diferentes países y contextos sociales, con posiciones contradictorias e incluso antagónicas en algunos aspectos razón por la cual en términos estrictos debiéramos hablar de masonerías.
11. La masonería no es una sociedad secreta, es una asociación privada
La masonería no es una sociedad secreta ya que sus objetivos y estatutos están debidamente registrados y publicados, sus directivos y representantes son conocidos y no tiene ninguna agenda oculta. La Logia se compromete a preservar la privacidad de sus debates y no está autorizada a hacer pública la filiación de sus miembros si estos no lo permiten expresamente. Es una regla de respeto amparada por la buena educación y por el artículo 16 de la Constitución Española.
12. La masonería ofrece una sociabilidad filosófica a todo tipo de personas
La logia nos invita a través del simbolismo de la construcción a una reflexión existencial, intuitiva, no necesariamente académica, a la vez personal y compartida, sobre nosotros mismos y sobre nuestro papel en el mundo.
De las Constituciones de la Masonería Española del Serenísimo Gran Oriente de España del Rito Escocés Antiguo y Aceptado (Madrid. 1871, pags. 5 y 6):
Javier Otaola
“La masonería tiene por objeto la perfección de los hombres, y por lo mismo, los masones españoles admiten las diversas ideas y sistemas sociales establecidos siempre que ellos no alteren los principios morales, filantrópicos y fraternales; por esta razón la masonería, que reconoce y proclama la autonomía del individuo, es una sociedad pacífica, que realiza una misión humanitaria y civilizadora; en su consecuencia todo masón deberá ser también un ciudadano pacífico, de honrada y moral conducta, que acate todos los poderes públicos que se hallen legítimamente constituidos. Los masones no deben como tales, mezclarse ni tomar parte en conjuraciones contra la paz, y bienestar de la nación; procuraran ser corteses con las autoridades y sostener y amparar en todas ocasiones los intereses de la hermandad, trabajando por la prosperidad de la patria, no perdiendo de vista que todos los hombres son hermanos, y que la masonería ha florecido siempre en la paz perjudicándose mucho en su marcha y desarrollo con las guerras y el derramamiento de sangre…”.·. Fuentes: Una docena de cosas…/Colectanea Masónica