Una duquesa, una dama y un 99 flake ice cream

Publicado el 30 julio 2018 por Catgo

Que dos damas de la “realeza” británica aparezcan en los medios de comunicación saboreando el helado británico por excelencia (como es el 99 Flake ice cream) da para más de un post con sabor a cotilleo estival.

Y para quien se pregunte por qué, le diremos que por muchas y variadas razones, ya que observación e imaginación unidas despiertan la curiosidad.

La duquesa de Cornwall y Dame Judith en la Isla de Wight

La imagen nos enfrenta visualmente a dos damas (léase el término “dama” como tratamiento honorífico), lo que motiva que hacer una comparativa entre ambas ya tenga su qué, especialmente si se le pone un poco de imaginación.

Y ese “enfrentamiento visual” nos abre un sin fin de temáticas, que nos pueden permitir investigar y escribir sobre cunas nobles, títulos nobiliarios, reinas de la pantalla, cultura británica, gastronomía, protocolo y comunicación. En definitiva, una larga lista temática emanada de una única imagen de lo más normal.

De ahí, nuestro artículo de hoy… Una duquesa, una dama y un 99 Flake ice cream.

Una duquesa de la baja nobleza

Aunque hablar de una duquesa de la baja nobleza parezca incongruente, la historia de esta duquesa la podemos enmarcar dentro del más puro estilo Jane Austen.

Camila junto a su madre, la honorable Rosalind Shand, en 1965.

Nuestra primera “real dama” es Camilla Rosemary Shand, una londinense que nació en el seno de una familia “gentry”, una clase social enmarcada dentro de la pequeña nobleza británica, históricamente formada por nobles de medio y bajo rango, como barones y caballeros, así como por freemen y commoners, es decir, burgueses terratenientes que antes de la Revolución Agrícola Británica controlaban la mitad de las tierras del país. Como hemos dicho, “al más puro estilo Jane Austen”.

Su condición de aristócrata le llegó por vía materna, ya que su madre, Honorable Rosalind Maud Shand, primogénita del 3er Baron Ashcombe, Lord Roland Cubitt.

Y siguiendo con las novelas de Jane Austen, la vida la acabaría llevando a entrar a formar parte de la Casa Real Británica y a convertirse en duquesa de Cornwall, duquesa de Rothesay y condesa de Chester, además de en princesa de Gales, con tratamiento de Alteza Real.

Todo ello por su matrimonio con el príncipe de Gales, tal y como ya sabemos, pero con la peculiaridad de que el mismo día del compromiso se comprometió a no usar el título de princesa de Gales, por respeto a la princesa Diana, su antecesora.

Una reina muy cinematográfica

Nuestra segunda protagonista de la imagen es toda una “real dama” de la escena británica. Que además tiene el honor de poder usar ese calificativo de manera legal, al formar parte de una de las órdenes de caballería que otorgan ese derecho.

Dame Judi Dench en Victoria & Abdu

Se trata de Judith Olivia Dench, una yorkina medio irlandesa, que no solo ha sido reconocida por su labor artística recibiendo galardones tan distinguidos como los premios Oscar, Globos de Oro, BAFTA o Tony, sino que ha también ha sido condecorada con The Most Excellent Order of the British Empire en 1988, y con The Order of the Companions of Honour en 2005.

También es miembro de la Royal Society for the encouragement of Arts, Manufactures & Commerce, conocida más popularmente como la Royal Society of Arts. De ahí que su nombre siempre vaya precedido por el título “Dame”, y seguido por los post-nominales CH DBE FRSA.

Y aunque nunca ha formado parte de la realeza a diferencia de la duquesa de Cornwall, su actividad artística sí que le ha permitido meterse en la piel de las dos reinas británicas más emblemáticas.

La primera fue la reina Elizabeth I, a quien interpretó en 1998 en la película “Shakespeare in Love”. La segunda, la reina Victoria, a quien ha interpretado en dos ocasiones. La primera en 1997, en la película “Mrs. Brown”, y la segunda en 2017, en la película “Victoria & Abdul”, dando vida a una reina ya en sus últimos años.

Con relación al título honorífico de Dame indicar que es la forma femenina de Sir (dignidad  de caballero), tanto en el sistema de honores y distinciones británico, como en el de otros países de la Commonwealth.

Como curiosidad añadir que históricamente el término Dame lo usaban las esposas de los nobles, pero que a partir del siglo XVII fue sustituido por el término Lady, que se ha mantenido hasta la actualidad. Fue en 1917, cuando con la instauración de las nuevas órdenes creadas por George V se recuperó el título de Dame como equivalente femenino al de Knight (caballero).

Protocolo y comunicación

Siguiendo con nuestra lista de temáticas, le llega el turno a discernir alrededor del protocolo y la comunicación a partir de la propia intencionalidad de la imagen.

Del texto del reportaje hemos extraído un párrafo. Dice: “Oublié, le protocole. Camilla et Judi Dench ont fait une pause crème glacée pour affronter cet été étouffant” (“Olvidado, el protocolo. Camilla y Judi Dench se toman un helado para afrontar este bochornoso verano”).

De nuevo entramos de lleno en cuestionarnos la eterna pregunta: ¿Cómo se puede dar por sentado que se han olvidado del protocolo, solamente porque dos personas decidan comer un helado en público? De hecho, viendo como esa acción queda perfectamente registrada por los medios gráficos, se puede asegurar que tanto el protocolo como la comunicación están más controlados en ese acto. Tanto o más que podría estar la rigurosa imagen de un besamanos.

El protocolo siempre debe estar presente en la organización de un acto. Aunque muchas veces no sea tan evidente su presencia, como en otros.

Las imágenes que se toman de un miembro de una casa real en un evento público están más que controladas, y por muy natural o deshinibida que parezca su actitud, no debemos olvidar que ocurren frente a un completo “pool de prensa” que ha sido convocado previamente, precisamente para dejar constancia gráfica de todo ello.

Aquí es cuando llega el momento de recordar la famosa “mesa invertida de las tres patas” como elemento imprescindible para alcanzar la excelencia de un acto: protocolo, seguridad y comunicación. Y en este acto está visto que sí que ha estado presente.

Otra cuestión es preguntarnos si la etiqueta recomienda o no disfrutar de un helado en público. Pero eso ya sería otro tema, que hoy no toca.

99 Flake ice cream, un británico de origen italiano

Y para acabar el análisis -y para saciar la propia curiosidad de la autora-, permitidnos incluir algunas pinceladas sobre la historia de la estrella de la fotografía, que no es otra que el propio 99 Flake ice cream, todo un símbolo de la tradición gastronómica británica… Cuyo origen parece ser que algo tiene que ver con Italia.

Un auténtico 99 Flake ice cream en Hyde Park

A los que ya hayan ido de viaje al Reino Unido, poco les vamos a descubrir. Pero si nunca has estado allí, te podemos asegurar que cruzarte con una camioneta de venta de este tipo de helados es de lo más habitual, además de lo curioso que supone verlas cómo mantienen su estilo totalmente vintage.

El 99 Flake ice cream es un cucurucho de suave helado de vainilla, del que sobresale una barrita de chocolate con leche en escamas. Como ocurre con el helado, también la galleta de chocolate tiene nombre propio. Es la famosa y exquisita Cadbury flake.

El origen de esta curiosa barrita de chocolate es previo a la aparición del propio helado, y fruto de la casualidad. En el año 1920, un empleado de la fábrica Cadbury de Bornville se fijó en que los hilos de chocolate que rebosaban de los moldes se solidificaban en el exterior, formando unas escamas onduladas.

Esa curiosa forma hizo que se idease fabricar una nueva chocolatina, diferente a las que hasta el momento había en el mercado. Y así fue como nacieron las Cadbury flakes, que acabarían uniendo su historia a la del mundo de los helados.

Inicialmente se fabricaron en forma rectangular y se incorporaban entre dos pedazos de helado de vainilla, contenidos a su vez entre dos obleas. Pero a partir del 1930 ya se empezaron a fabricar en forma de barrita alargada, con la medida justa para pincharlas en un helado de cucurucho.

Primera versión del 99 flake ice cream

Inicialmente este tipo de helados solo se vendían en el Reino Unido, pero posteriormente se empezaron a comercializar en otros países anglosajones, como Irlanda, Australia o Sudáfrica, así como en la mayoría de países de la Commonwealth.

Tras un siglo de historia, el 99 Flake Ice Cream se ha convertido en toda una “institución” de la gastronomía británica, aunque el origen de su nombre y el propio diseño del helado tengan mucho que ver con la tradición heladera italiana, y con la historia de ese país Mediterráneo.

Existen muchas hipótesis sobre el origen de ese 99 en el nombre del helado -tal y como nos explican en el video anterior y en este artículo que os enlazamos-, pero la historia que personalmente más nos ha gustado leer sobre todo ello es la que se refiere al homenaje que los vendedores de helados italianos le dedicaron a la última quinta de reclutas de los regimientos Alpini, nacidos en 1899, fabricando un helado que recordara el diseño del capelo alpino de sus uniformes, que se caracteriza por la larga pluma negra colocada en el lado izquierdo, y ligeramente inclinada. Algo así como un 99 Flake Ice Cream, ¿no creéis?

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