Por: Dirección de Comunicación ISA
¿Quién no recuerda la primera vez que recorrió los pasillos de lo que sería su escuela, aquella sensación de asomarse a lo desconocido, de descubrir rostros nuevos, acaso nuevos amigos…? Como haya sido, buena o mala, más o menos traumática, el mundo de expectativas que comienzan a dibujarse en ese encuentro –que desde meses antes nos ronda con insistencia– pocas veces nos abandona del todo, ya sea que terminemos decepcionados, ya sea que no hayamos sido capaces de imaginar la maravilla, ya sea que nada tenga que ver lo por venir con eso que esbozamos.
Hoy 130 alumnos exploran las diversas instalaciones de la Universidad de las Artes (ISA), se enfrentan a los que serán sus maestros, reconocen en otros rostros las inseguridades propias, escrutan en cada rincón las posibilidades de realización personal y profesional que puede brindarles el centro de altos estudios.
Cinco facultades (Artes Visuales, Música, Arte Teatral, Arte Danzario, Arte de los medios de comunicación audiovisual) acogerán en sus aulas –algunas más amplias y cómodas que otras– a los jóvenes que, tímidos o confiados en este acercamiento inicial, protagonizarán –acaso transformarán– el panorama cultural cubano del futuro próximo.
Queda darles la bienvenida desde estas líneas, queda invitarlos a ser parte de una tradición, queda desafiarlos a expandir sus horizontes para soñar y construir imposibles.