Una especie de transparencia anticipada del ser, W.G. Sebald

Publicado el 02 septiembre 2017 por Kim Nguyen

Franz Kafka a los 6 años

" data-orig-size="714,997" sizes="(max-width: 545px) 100vw, 545px" data-image-title="Franz Kafka a los 6 años" data-orig-file="https://calledelorco.files.wordpress.com/2017/09/kafka_6_years.jpg" height="761" width="545" data-medium-file="https://calledelorco.files.wordpress.com/2017/09/kafka_6_years.jpg?w=215" data-permalink="https://calledelorco.com/2017/09/02/una-especie-de-transparencia-anticipada-del-ser-w-g-sebald/kafka_6_years/" data-image-meta="{" alt="Franz Kafka a los 6 años" aperture="aperture" />

CHRISTIAN SCHOLZ: Franz Kafka es un escritor para quien las fotos eran rara vez tranquilizadoras. Usted fue un día a Riva sobre la pista de Kafka, y una foto del poeta aparece en Vértigo.

W.G. SEBALD: La idea de congelar una imagen era para Kafka aterradora. Hay, evidentemente, muchas razones para esto, y entre ellas ya he mencionado la razón más arcaica; por supuesto, la prohibición que pesa sobre la imagen en la religión judía ortodoxa es un momento totalmente central, que todavía se siente en Kafka. Además, las imágenes que produce en su prosa, o por su prosa, se caracterizan por una extrema discreción. Casi nunca representa a los seres humanos como tales, sino sólo en forma de esbozos. Llama la atención, en todos los retratos que tenemos de él, una especie de transparencia anticipada del ser, que no cesa de acentuarse con la edad, pero que ya está ahí en el niño.

CHRISTIAN SCHOLZ: ¿Tiene un ejemplo en mente?

W.G. SEBALD: Cuando pensamos en esa foto en la que posa en traje de marinero a rayas, con un bastón de caminar negro y un sombrero de paja negro brillante, con una expresión absolutamente inconsolable y esos enormes ojos oscuros que miran al objetivo o medio de lado, con la mirada un poco abatida, vemos que hay algo que ya está presente en esa imagen, y que el hombre adulto nunca logrará dominar. Y esto se mantiene a través de todos sus retratos, hasta uno de los últimos, en el que le vemos con un abrigo de invierno demasiado grande para él y un extraño sombrero colocado en lo alto del cráneo, casi como un halo – en fin medio sombrero de payaso medio halo, porque el sombrero en realidad parece flotar un poco por encima de su cabeza. Está en el jardín frente a la casa de su hermana, está cerca de su fin y sonríe de nuevo a la cámara. Las imágenes anuncian la transparencia que las fotografías tendrán más tarde, cuando la persona representada ya no estará en vida. Y todo esto es muy singular.

W.G. Sebald
Conversación con Christian Scholz
14 de noviembre de 1997

Foto: Franz Kafka a los 6 años

Previamente en Calle del Orco: Hay algo que Kafka tiene en común con Proust, Walter Benjamin