Una estrella que no se apaga

Publicado el 18 febrero 2015 por Plausible @plausibleblog

A Esther Earl, una adolescente con un talento y una lucidez excepcionales, se le diagnosticó cáncer de tiroides cuando tenía doce años. Fue una alegre hija, hermana y amiga, positiva y entusiasta; murió en 2010, poco después de cumplir los dieciséis, pero no sin antes inspirar a miles de personas por medio de su creciente presencia en Internet. Sus extraordinarias memorias recogen los diarios, cuentos, cartas y esbozos de Esther; fotografías y escritos de su familia y amigos ayudan a narrar su historia, un testimonio conmovedor sobre el ímpetu de la vida. El autor John Green conoció a Esther en una convención de Harry Potter, y entre ellos nació una profunda amistad. Tan profunda, que el novelista le dedicó su novela Bajo la misma estrella y ha escrito el prólogo a este libro. Desde 2010, Green y sus seguidores celebran el Día de Esther cada 3 de agosto, en el que, a petición de Esther, se expresa el amor hacia amigos, familiares y personas importantes a las que no solemos decir te quiero.

Gracias a Penguin Random House por el ejemplar.
Este es un libro que no estaba muy segura de reseñar. No porque lo haya odiado, ya que desde hace un tiempo a los que odio los dejo en Goodreads con mi opinión y ya; mejor eso que hacerle demasiada mala fama.
Todo se trata del hecho de que no nos merecemos estas cosas buenas, pero son nuestras de todas maneras, para disfrutarlas, compartirlas y gozarlas.

Pero este es un libro que, a pesar de que me encantó, me resultó muy dañino. Quizás sea culpa del momento que pasé cuando lo leí, o qué estaba pasando exactamente en ese instante... la verdad no lo sé. Pero quiero contarles mi experiencia para que decidan si leerlo o no. La mayoría de los comentarios fueron sacados de mi comentario del libro en Goodreads, si es que ya lo leyeron; no se asusten si tienen un déjà vu.De todas formas ya me pasó que amigos y bloggers que me dijeron que no sabían si leerlo exactamente por la idea de que te angustia terminaron leyendo, así que hagan lo que mejor les parezca después de mi opinión :P
Gracias por querernos a cada uno de nosotros por separado pero en conjunto.

Esta reseña está tomada desde lo muy, muy personal y no desde el libro en sí; es más que nada qué generó en mí, y no propiamente, qué me pareció el libro.Tiene una edición y una historia de vida hermosas. Pero lo que generó en mí fue todo lo contrario.
Me pregunto si habrá alguien en el mundo que tenga una idea acertada de la muerte.

La verdad es que no me hacía falta leer el libro para reinvindicar la vida humana, ni la lucha, ni nada por lo que Esther tuvo que pasar. No necesitaba leer un libro así. No sé qué generará en el resto de las personas, pero a mí me generó dolor y sentimientos demasiado fuertes como para pensar siquiera en releerlo algún día.
Para mí fue un golpe bajo. Bajo, bajísimo.
Aceptamos a los demás y confiamos en ellos, de un modo que no siempre podemos aplicarnos a nosotros mismos: apreciando los fallos de los demás, conseguimos aceptar los nuestros.

No digo que los padres no tuvieron que haberlo publicado, sino que yo no tendría que haberlo leído. Me hizo bosta. Me hizo llorar todo el tiempo, y cuando no lo hacía es porque leía las páginas blancas, las de Esther. Pero las verdes y las naranjas, los pensamientos de las demás personas después de que ella se fuera y las que recopilan las entradas en el blog donde se informaba de su salud, me hicieron llorar a mares.
No puedo hacer nada para que desaparezca el dolor de mi hija. Y para mí, ella es perfecta.

"Cariño, si estás viva o muerta, te
seguiré queriendo pase lo que pase"

Creo que no estaba preparada para todo esto. Creo que amo a la familia Earl, desde los padres hasta los hijos. Graham me hizo acordar mucho a mi primo, además, como para sumarle otra puñalada, lo que hizo que lo ame aún más. No estaba preparada para aguantar tanto llanto (porque no me permito llorar por libros frente a otra gente), ni tanta angustia ni tantos recuerdos o sentimientos similares. Tiene demasiadas frases que me rompieron el alma, que marqué y espero releer sólo una vez más-- cuando termine de escribir esto y me ponga a verlas para transcribirlas acá. Esto es por lo que rezo cada noche; por la felicidad de mi familia más que nada, y por el bienestar de todos aquellos que lo necesitan (y aquellos que no). No soy católica en el sentido férreo de la palabra, pero sí muy creyente. Estos temas me angustian, me desmoronan, y no puedo evitar llorar mientras escribo esto. Si hay algo por lo que daría la vida es por el bienestar y la felicidad de mis viejos y mi hermana, y creo que Esther haría (o hizo, hasta un punto) lo mismo. Y me pone demasiado orgullosa.
La muerte no me preocupa en absoluto, pero no recibo con alegría la de Esther. No me interesan las celebraciones de júbilo allí arriba, ¡lo que deseo es entregarla en matrimonio aquí abajo!

Uno de los "capítulos" que más me
destruyó

No era mi momento para leerlo. No era mi momento para nada. Siempre lo voy a ver en mi biblioteca, pero jamás va a terminar como uno de esos libros de los que veo el lomo y ni me acuerdo si me gustaron o no, porque fueron demasiado bleh como para que siquiera recuerde de qué van. Este libro va a ser el primero con una calificación perfecta que no me terminó gustando del todo, y el único que estoy decidida a no releer. Ni recomendar, porque no quiero ser partícipe de la tristeza y angustia infinita de otras personas.
A pesar de todos los problemas de este planeta, no estamos aquí para salvar el mundo, sino para enamorarnos de él.

Angustia y tristeza porque es un resumen de la vida, prácticamente. Cómo todos somos uno más mierda que el otro y jamás estamos satisfechos, mientras que una chica que luchó contra el cáncer durante muchos años tuvo la alegría y valentía de seguir adelante, de ser un apoyo para todo el resto... y no debería de haber pasado así. Pero pasa. Y eso es lo que más me dolió.
A veces deseo que nada de esto hubiese sucedido, pero luego me doy cuenta de que en ese caso no sería quien soy.

Mis respetos a la familia, a los cuales adopto como unos protegidos dentro de mis próximos debates de literatura. A Esther, por supuesto, y a sus amigos. Y, aunque no quiera, aunque me lleve como perro y gato con sus libros, a John Green.
Y de repente me di cuenta de que las cosas malas ya no me importaban tanto, porque tenía demasiadas cosas buenas  como para dejar que las malas me deprimieran durante mucho tiempo.

Quiero saber si ustedes lo leyeron. No se los voy a recomendar porque tengan la edad que tengan son bastante grandecitos como para decidir qué hacer. Sí les advierto que es un libro hermoso pero desgarrador, y que los va a hacer merde. Espero que se atengan a lo que seles viene si lo leen.
Y simplemente sé feliz. Y si no puedes ser feliz, has cosas que te hagan feliz, o haz algo con la gente que te hace feliz.