Con un martillo golpeaba los gruesos clavos que fijarían la escultura al suelo. Y fueron esos golpes lo que le despertaron. Sudoroso, se dirigió a la cocina a beber agua. En su cabeza seguían retumbando los golpes. ¿En su cabeza?...
Se asomó al balcón y, abajo, en la esquina de la calle, dos operarios, martillos en mano, colocaban un cartel en la pared a media altura: “Calle de Don Manuel Fraga Iribarne”.
Recordó a Monterroso. 'Mejorando lo presente' es una sección de Eduardo Cruz Acillona para Abracadabra