Los pobres habían quedado separados de su madre por el escalón que hay bajo el puente, y aunque los pobres intentaban subir de nuevo adonde ella estaba no podían por la fuerte corriente del río.
En estos vídeos puede verse como lo intentan y mamá pata los llama con insistencia.
La azulona optó por bajar adonde estaban sus crías, y aunque les mostraba la forma de subir, era imposible, los patinos eran demasiado pequeños.
Sí eran capaces de subir al escalón de la derecha, transversal al puente, pero al intentar remontar la corriente los volvía a lanzar abajo.
Así que llegados a este punto, comprobé que no podía dejarlos allí. Mi primera idea fue intentar cogerlos para subirlos río arriba, así que a arremangarse el pantalón, y al tajo. Fracaso total, por supuesto, los patinos no se dejaban coger y eran un montón. Lo único que saqué fue una mojadura.
Después de secarme en casa volví a la playa a ver si habían conseguido subir, pero seguían en la misma tesitura. Pero esta vez venía preparado, y además me encontré por allí con Anabel y Geoff para ayudarme. Un nuevo intento de cogerlos en el agua tuvo el mismo resultado, así que se imponía cambiar de estrategia.
Se nos ocurrió que podíamos colocar algo en el lateral del puente para ayudarlos a cruzar, así que cogimos una tabla de los restos de la obra del par, colocándola así como véis.
Y esta vez sí¡¡¡ Mamá pata cruzó con sus patinos, no andando por la tabla, sino en el pequeño canal entre ésta y la pared, aprovechando que habíamos desviado la corriente. Lograron atravesarla 8 de las 10 crías, los otros dos se quedaron atrás. Pensando que era mejor salvar a sus 8 crías que arriesgarse a perderlas de nuevo, la azulona se fue río arriba.
Como digo, un par de crías se quedaron atrás, pero por desgracia podíamos hacer más por ellas...
Espero que puedan volver con su pequeña familia. Pero al menos logramos rescatar a la mayoría.